En México, la esperanza de vida aumenta. En 1930 las personas vivían en promedio 34 años. Para 1970 era 61; en el 2000 fue 74 y en 2016 de 75 años. En 1970, el promedio de escolaridad de los mexicanos fue de 3.4 años; en 1980, subió a 4.6 años, en 1985 llegó a 5.4 años y en 1990 llegó a 6.5 años de escolaridad (primaria completa) Para 1995, el promedio subió a 7.2 años, en el 2000 llegó a 7.5 años, en 2005 a 8.1 años, en 2010 a 8.6 años y en 2015 llegó a 9.2 años de escolaridad; pasaron 25 años para que el promedio de escolaridad de los mexicanos llegara pasara de nivel primaria a secundaria. La cobertura neta en preescolar es 73%, en primaria, 99% en secundaria, 88% y en media superior, 57 %.
En 1900, México contaba con 13, 607 mil habitantes, de los cuales 29% vivía en zona urbana (localidades de 2,500 y más habitantes) En el año 2000, 74% de la población vive en zona urbana. En 1990 la vivienda particular habitada sumaba 16 millones. En 2015, era 32 millones. En 2017, el número de vehículos particulares registrados era de 30 millones.
Datos de la Encuesta Nacional de Ingreso del Hogar indican que en 2016 había 9.6 millones de personas de al menos 65 años en México, de ellas, 2.9 millones (31%) tuvieron ingresos por pensión o jubilación de los institutos de seguridad social (IMSS, ISSSTE, Fuerzas Armadas, PEMEX) 4.7 millones (49%) reciben ingresos por el programa social de pensión no contributivo, beneficios sociales a adultos mayores como el “65 y más” o programas asistenciales estatales y municipales. Se estima que 2.5 millones de mexicanos mayores de 65 años (26%) no tiene ingresos por sistema de pensión. La pensión promedio mensual es de $5,128 para la mujer y $6,602 para el hombre. Para dos terceras partes de adultos mayores, la pensión no es la única fuente de ingreso, cuenta con ingresos a partir del trabajo, rentas, transferencias de otros hogares. 37% de los adultos mayores tienen ingresos únicamente por pensión.
En el 2012, el gasto total en salud en México representó 6.2% de su PIB, porcentaje de los más bajos de los países de la OCDE (encima de Estonia y Turquía) cuyo promedio es 9.3%. Como resultado de una gran expansión en la cobertura de salud para los pobres y los no asegurados en 2004, la participación pública en el financiamiento del cuidado de la salud aumentó en 10 puntos porcentuales para situarse en 50% en 2012, de las más bajas entre los países de la OCDE (promedio 72%), y la mitad de todo el gasto en salud en México es pagado por los pacientes. Después de una fuerte caída en el gasto de los hogares en el 2011 a consecuencia de la crisis económica, hubo aumento en el gasto en salud durante el 2012 en el sector hospitalario. Datos de la OCDE sobre la salud 2014 muestran que la oferta de trabajadores de la salud se incrementó durante la última década, pero es baja para los estándares de la OCDE. Desde 2000, el número de médicos per cápita aumenta en el país pasando de 1.6 médicos por 1,000 habitantes en el 2000, a 2.2 en 2012, con un promedio de la OCDE de 3.2.
Lo anterior deja de manifiesto que educación, vivienda, alimentación, empleo, no en especial salud, son los que mejoran la calidad de vida del ciudadano, factores que en México se deterioran históricamente.