“Maniobrar con un ejército es ventajoso; con una multitud indisciplinada, lo más peligroso…”

El Arte de la Guerra

El filme tiene por título en idioma inglés “The Siege”. En español, “Contra el enemigo”, producida en 1998 con Bruce Willis como actor central , entre otras figuras.

La trama de la pelicula versa sobre la orden al Ejército de intervenir ante el ataque de terroristas en Nueva York, en donde un general –Willis– se opone a hacerlo, advirtiendo que será un error porque, argumentaba, esa fuerza no entiende de leyes y sólo responde a la rigurosa disciplina.

Al final, con los emilitares desbocados por el poder, el general es detenido por la autoridad civil por abusos flagrantes, tras estar a punto de causar un cisma institucional. Consciente de sus fallas, el general acepta su aprehensión y con eso frena lo que hubiera sido un infierno nacional.

Sí, es sólo una película, pero se asemeja en forma inquietante a la realidad que hoy vive nuestro país y motiva una pregunta:

¿En México podría suceder lo mismo, con una situación similar en donde la autoridad civil parece rebasada por el crimen?

Lamentablemente, en lo que se refiere a los excesos castrenses ya está sucediendo, pero en la otra parte, en donde los mandos militares aceptan sin resistencias que uno o más generales sean juzgados por autoridades civiles como presuntos responsables de esas tragedias, parece haber una gran distancia. De hecho, recuérdelo, ya hay un antecedente de rebeldía en el caso Ayotzinapa.

Lo que ha sucedido parece justificar esta percepción. Juzgue usted.

En sólo dos semanas, las fuerzas armadas han estado involucradas en presuntas ejecuciones extrajudiciales y la privación ilegal de la libertad de personas en Tamaulipas, Chiapas, Colima y Guerrero, en un escenario que nada ayuda a rebatir las advertencias de activistas y organismos sobre que la militarización es una estrategia equivocada, decisión que acaba de ser ratificada con la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.

Las experiencias vividas en tres sexenios anteriores –cada uno con partido político diferente­– tampoco es para presumir. Alrededor de mil 500 personas según reportes de ONG’s perdieron la vida en acciones en las que de alguna manera , con un gobierno panista, otro priísta y después morenista, fueron protagonistas las fuerzas armadas.

Abonan a este escenario las actuales denuncias sobre homicidios y desapariciones –por error o impreparación– contra migrantes, ciudadanos inocentes y hasta una niña.

Sería ocioso y desolador hacer una recopilación de hechos de esa naturaleza, porque además el hurgar en el pasado en nada ayudaría a remediar los daños, pero lo que parece imperativo es atender el presente para prevenir en el futuro inmediato y a largo plazo nuevas tragedias.

Y esto, creo que nadie puede rebatirlo, es urgente.

El relato con el que inicia esta aportación es sólo una película donde finalmente ganan los buenos. Lo que le sigue es mucho más peligroso, porque en la realidad últimamente es más frecuente que los victoriosos estén en el otro bando.

Y que quede claro: Van mis mejores deseos para este nuevo gobierno federal. Su timón es el mismo de todos los mexicanos y si navega por un buen rumbo será mejor para todos. Tratemos de ayudar en lugar de estorbar.

Pero, es otro buen deseo, ojalá que las buenas intenciones no sean vencidas por las veleidades de la política…

X: @LABERINTOS_HOY