Y sí, aunque en ocasiones lo desees de todo corazón, no puedes cumplir con lo que te propones, y al preguntarte ¿Por qué tiene que ser así? y sabiendo qué responder, mejor te quedas callado, porque sientes que tu alma sufre cuando no puedes cumplir para honrar los valores donde se ha cimentado tu personalidad.
De forma rápida se puede pasar de un estado de positivo consentimiento espiritual, a otro de negación egoísta que mortifica tus aspiraciones de ser congruente con lo que crees y profesas. Sin duda es la condición humana una porosa membrana por donde escapan fácilmente los sentimientos nobles y se quedan en el interior los resentimientos que tratan de justificar la volubilidad de tu carácter.
Empecé en mi infancia, admirando el trabajo organizado y fecundo de las hormigas, y terminé esforzándome en entender el confuso comportamiento del ser humano; empecé con los ojos bien abiertos para no perder ningún detalle, para aprender de aquellos a los que definimos como inferiores y resultaron ser aún más inteligentes de lo esperado, y terminé por cerrar los ojos ante lo inesperada respuesta de los hombres, que sin excusa, reaccionan mal y se conducen por el lado equivocado, teniendo como único fin el no concederle la razón a quien lo supera.
Empecé creyendo que por nuestra presumida inteligencia, podríamos llegar con facilidad a los acuerdos para definir con claridad la forma de vivir en armonía, y en el camino fui perdiendo la fe en nuestra supuesta capacidad para encontrar soluciones a nuestras diferencias.
Antes, la comunicación era la ruta más confiable para encontrarnos, resultando hoy el camino más fácil para extraviarnos y vernos como unos perfectos desconocidos, porque hemos dejado que el calor humano se consuma en el frío consentimiento de lo absurdo, de la cercanía virtual donde se pierde la consciencia, idealizando múltiples formas de conducirnos, que de hacernos ver que nos hemos equivocado, con la sencillez de un clic en el teclado, desaparecemos las originales expresiones para construir identidades falsas para poder integrarnos y ser aceptados a una red social que está ya muy por encima de lo que conocimos como comunidad.
Para consolar el alma, sólo nos queda el seguir orando, para no perder la esperanza que éste ensayo de vida virtual, se concluya de buena forma para retornar al contacto humano.

Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com