Vaya sorpresas que nos depara la vida universitaria todos los días. Este jueves nos ofreció una muestra de la excelencia universitaria en el trabajo de las raíces de una sociedad a la que se debe.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas es -y debe ser para todos- orgullo de un porcentaje importante de tamaulipecos que hemos tenido que ver con su desarrollo, como alumnos, profesores, investigadores, empleados o cualquier otra actividad. Es la UAT una universidad pública de excelencia, pese a las intensas campañas que han surgido para desprestigiar y denostar su función y resultados.

Como todos los órganos en los que intervine el ser humano, hay aspectos que deben mejorarse inmediatamente, es decir, nada buenos.

Pero en el aspecto del aprendizaje del lenguaje inglés, contamos con un CEINA maravilloso, y lo vemos como periodistas, como padres y como universitarios: el Centro Especializado de Idiomas para Niños y Adolescentes es fruto de un proyecto surgido en el año 2009, con la inquietud de que hijos de trabajadores tuvieran acceso al aprendizaje de una segunda lengua. Inició con 86 alumnos, y hoy no tenemos el dato exacto, pero sí sabemos que es “un mundo” de chicos, de 4 a 17 años los que acuden y aprenden inglés perfectamente.

Es un ejemplo de eficiencia y excelencia. Lo dirige la maestra Sandra Padrón Asís, quien se ha convertido en un elemento sumamente valioso en la estructura universitaria.

Pero en esta graduación llamó la atención que, con la asistencia del rector José Andrés Suárez Fernández, su esposa, la maestra María Cristina Canales Reyna ofreció un discurso “doble”, es decir: como la esposa del Rector, y como una madre que sabe qué necesitan sus hijos.

La primera parte fue oficial y amena, donde habló de los resultados del CEINA y la trascendencia que tiene en la vida de tantas familias.

En la segunda parte de su discurso, fuera de las hojas que llevaba, habló la madre, la que sabe qué se siente llegar corriendo y hacer largas filas para dejar y recoger a los hijos, o la que sabe qué es tener los uniformes listos para ir al curso de idiomas. La que entiende que hay que priorizar gastos y prefiere dar a sus hijos una herramienta a futuro que una actividad en la que difícilmente destaca un gaan número.

Dejó constancia de su etapa de madre con hijos en cursos de karate e inglés, y salió el lado humano de la esposa de Pepe Suárez, y eso realmente conmovió a los cientos de padres que estuvimos ahí, y que vimos cómo nuestros hijos recibían su medalla de primer lugar, su diploma de excelencia y su constancia por haber concluido hasta obtener el nivel Toeffl.

Dejó la maestra María Cristina un testimonio que sale de todo protocolo político; insistimos: habló la madre preocupada por sus hijos, y en ese sentido, tenemos la certeza de que las acciones que dependan de tan sensible mujer dejarán una positiva repercusión social, académica y humana en muchos de los hijos de trabajadores de la UAT, entre administrativos y profesores, porque hay buena raíz.

Y obviamente, la calidad humana sigue siendo el factor más importante.

Nos congratulamos de haber disfrutado de aquel discurso tan especial.

Y en lo académico, felicitamos al equipo que encabeza Sandra Padrón Asís, porque entregan muchos cientos de niños en cada curso con avances mucho muy significativos en el aprendizaje del idioma inglés, y los resultados los veremos cuando nuestros hijos tengan necesidad de aplicarse en otro idioma, con la facilidad y sencillez con que lo hablan ahí en el CEINA.

Este es el modelo que hay que grabar, fortalecer, visualizar, copiar e instrumentar en otros ambientes, porque no denota más que acciones que, unidas todas, llegan a un resultado que puede resumirse en una sola palabra: EXCELENCIA.

Felicidades, CEINA, y a cada protagonista de esta historia.

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