Para la salud política del Estado, sin duda es una buena noticia.

Me refiero al anuncio de Felipe Garza Narváez sobre la búsqueda de la candidatura a gobernador, bajo los colores de Movimiento de Regeneración Nacional. MORENA, para ser más claro.

Ayer, el ex diputado local en tres ocasiones por votación directa, ex líder del Congreso, ex funcionario público de primer nivel y otros “ex” más que prueban su larga experiencia, dejó clara su capacidad de convocatoria al reunir a decenas de representantes de medios de comunicación para anunciar que buscará representar a la fracción morenista, lo que casi nadie ha conseguido.

“Palomita” a su primer paso.

Pero lo importante radica en lo expuesto en primer término en este espacio.

¿Por qué la percepción de que la incorporación de Felipe al grupo de posibles es saludable para la política tamaulipeca?

La respuesta es sencilla: Por su trayectoria, que eleva el nivel de competitividad en esas parcelas y permite esperar un cierre prestigiado en la definición de MORENA en este terreno. Si él es el ungido, muy bien. Si no lo es como puede suceder, dejará un sabor de calidad en ese ejercicio electoral.

En lo personal, sin menoscabo ni demérito de los demás participantes, no veo gente mejor preparada en el entorno de la 4T tamaulipeca que Garza Narváez para buscar esa candidatura.

Una candidatura que sea quien sea el elegido, desde hoy despide aroma a gubernatura…

PAN Y PRI…¿PARECIDOS?

No sé si será para bien o para mal del panismo tamaulipeco, pero hasta hoy queda claro que Acción Nacional tendrá en los próximos años un líder predestinado en el Estado. Desde luego, si pierde la gubernatura.

La reunión de ayer del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca con los diputados federales electos bajo la bandera azul, trasluce quien tiene y tendrá el mando de esa fracción y la ausencia de figuras paralelas que se ocupen de las andanzas panistas cuando el mandatario deje la silla del 15 Juárez en Ciudad Victoria el año entrante.

Las sucesivas dirigencias en esta geografía lo han demostrado. Ninguna ha logrado permear en el ánimo de esa grey política y en la antesala de que se retire el Ejecutivo estatal la única posibilidad de cambiar de mando será que retengan el Poder Ejecutivo. Un objetivo no imposible, pero muy complicado.

Cuidado: Puede sucederles lo que pasó en el PRI. Al perder la gubernatura dejaron a ese partido en manos del mandatario saliente, Egidio Torre Cantú, quien se encargo de demoler lo que quedaba de ese instituto y dinamitó la posibilidad de revivirlo cuando maniobró para bloquear a Oscar Luebbert e imponer en el relevo a Sergio Guajardo.

Después, cuando se redujo su influencia el daño estaba hecho. Los esfuerzos de su nueva dirigencia, que los hubo y los hay, poco han fructificado.

Aunque algo es claro: Cabeza de Vaca no es Egidio. No, que va…

 

MISMO PASADO, MISMO FUTURO

En toda la historia electoral tamaulipeca, el Partido Verde Ecologista no ha dado una.

Su participación ha sido siempre en el papel de lapa con la primera fuerza política estatal en turno, con el objetivo de mantener prebendas y obviamente las prerrogativas económicas. Si en lugar de Verde cambiaran a gris, sería mucho más congruente con sus actuaciones.

Ahora hace un intento más por salir al ruedo. Y la verdad, su poco honroso pasado parece que se repetirá en su futuro…

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