En este mundo material comprar, adquirir productos y mercancías produce sensación de poder, de goce, de felicidad, aún sea pasajera la emoción. Estamos obligados a vivir en este mundo, mientras vivamos, acorde a sus características, así que adaptemos el goce de comprar a la necesidad de hacerlo. Debemos conocer cuáles productos requieren ser reemplazados por salud y bienestar y dar rienda a la sensación esplendorosa que significa el poder gastar, hacerlo racionalmente.
Caducidad hace pensar en alimentos o medicamentos, aunque hay otras cosas que tienen tiempo de vida útil y su uso posterior implica riesgo por acumular bacterias, liberar sustancias peligrosas o la poca resistencia.
Cepillo de dientes: La higiene dental es muy importante. Pocos odontólogos señalan la frecuencia de reemplazo, y se desconoce la necesidad de reemplazo si se ha tenido una enfermedad. Se debe cambiar el cepillo cada 3 meses, a menos que esté gastado ante o si se padeció gripe o infección estomacal. Los niños usan el cepillo más rápido que los adultos, por lo que podrían necesitar reemplazo antes.
Cepillo para el pelo: Al peinar el cabello se recoge todo tipo de gérmenes, de donde se acuesta, gorras o sombreros que se usa. Se aconseja limpiar el cepillo una vez a la semana con agua caliente y jabón, y quitar el cabello atrapado, rociar spray desinfectante para eliminar gérmenes, y comprar uno cada año.
Pantuflas, extremadamente insalubres. Todo lo que entra en contacto con la piel es susceptible a infección por hongos, en especial con infección previa. Se debe lavar las pantuflas cada seis meses.
Esponjas lava trastes, las que se usan para limpiar el baño o la cocina se deben tirar en una semana pues es mucha la cantidad de suciedad que se acumula.
Desinfectante para el hogar. Los líquidos de limpieza y otros limpiadores tienen fecha de caducidad de tres meses, así que aquellos que no se usan dentro de este período, terminar siendo ineficaces.
Colchón: Se pasa en promedio 25 años de la vida durmiendo. El descanso es vital, un colchón en mal estado tiene consecuencias perjudiciales. Debe cambiarse cada 8 años para que brinde todo el soporte y la mayor comodidad posible. También almohadas, colchas, sábanas.
Alfombra. Fácil se olvida la cantidad de suciedad acumulada en su interior. Contiene
todo tipo de bacterias por derrames de alimentos o zapatos sucios que se usan, por más que se limpie. La alfombra debe cambiarse cada 5 a 15 años, dependiendo de qué está hecha, ya que los diferentes tipos de alfombras tienen más probabilidades de atrapar la suciedad.
Lavavajillas: El uso por un período de tiempo largo, eventualmente deja de limpiar los utensilios de cocina lo suficiente bien. Debe cambiarse cada 10 a 15 años.
Recipientes de plástico (tuppers) Si el recipiente de plástico que se usa tiene un arañazo o se usa para calentar en el microondas, se expone a toxinas dañinas. Se debe reemplazar los recipientes para alimentos al menos cada 6 meses, si están dañados. Opta por opciones de vidrio que son más duraderas y libres de riesgos.
Sartenes: No se aconseja cocinar alimentos en sartenes rayados o desconchados porque el teflón y superficies similares liberan compuestos dañinos que contaminan tus alimentos. Se debe renovar sartenes cada 3 o 5 años.
11. Toallas de baño
No hay nada más reconfortante que envolverse en una toalla recién comprada que es increíblemente suave.
Así que seamos honestos: todos podemos decir cuándo una toalla ha pasado su mejor momento, ya que se sentirá áspera al tacto.
Cuando una toalla ya no puede absorber el agua como solía hacerlo, esto significa que será más fácil que las bacterias crezcan en su superficie y que ya es hora de reemplazarlas.
Intenta cambiar tus toallas cada uno a tres años.
12. Almohadas
Debes lavar tus almohadas cada tres meses o estarás exponiéndote a una gran cantidad de suciedad.
“Una almohada vieja sin lavar podría contener hasta un 10 por ciento de su peso en piel muerta, ácaros, polvo e incluso excrementos cargados de alergenos”, afirmó The Sleep Council.
Esta organización ecomienda reemplazar sus almohadas cada dos o tres años.
Caducidad
Caducidad hace pensar en alimentos o medicamentos, aunque hay otras cosas que tienen tiempo de vida útil y su uso posterior implica riesgo por acumular bacterias, liberar sustancias peligrosas o la poca resistencia.