¿La respuesta a la prevención de enfermedades crónicas?
Un par de investigadores de Baltimore, Estados Unidos, publicaron en New England Journal of Medicine, un artículo donde describen patrones de ayuno intermitente, así como la respuesta celular y metabólica a esta estrategia. Discutieron los resultados obtenidos en personas sanas y en pacientes con trastornos metabólicos (obesidad, resistencia a la insulina, hipertensión o combinación de estos)
Son 3 los regímenes de ayuno intermitente más estudiados: Ayuno alternado. Ayuno intermitente 5:2 (ayuno dos días a la semana) Alimentación restringida en tiempo Las dietas que reducen la ingestión calórica en uno o más días a la semana dan como resultado la elevación de cuerpos cetónicos que se usan como combustible y potentes moléculas que impactan en las funciones de células y órganos.
¿Beneficios asociados al cambio metabólico o a la disminución del peso? Estudios indican que algunos beneficios del ayuno intermitente están disociados de la pérdida de peso y están los siguientes: Mejoría en la regulación de la glucosa, la presión arterial y la frecuencia cardiaca. Eficacia en el entrenamiento de resistencia. Pérdida de grasa abdominal
¿Cómo responde la célula al ayuno intermitente? La exposición repetida al ayuno da como resultado una respuesta adaptativa duradera por la cual, la célula incrementa la expresión de las defensas antioxidantes, repara el ADN, favorece la biogénesis mitocondrial, la autofagia y disminuye la inflamación.
Efectos en la salud y en el envejecimiento La restricción calórica aumenta la esperanza de vida entre 14-45% en las ratas y 4-27% en los ratones. Las diferencias en la ingestión calórica diaria, el comienzo de la intervención, la composición de la dieta, los protocolos de alimentación, el sexo y la genética podrían explicar las diferencias en la esperanza de vida que se han encontrado. Las investigaciones realizadas en humanos han demostrado que el ayuno intermitente mejora la obesidad, la resistencia a la insulina, la dislipidemia, la hipertensión y la inflamación.
En un ensayo 16 participantes siguieron el patrón de ayuno intermitente por 22 días: redujeron 2.5% del peso inicial, 4% de la masa grasa y 57% la concentración de insulina. En otros estudios, el seguimiento a corto plazo de un régimen de restricción calórica mejoró la cognición en general, la memoria verbal y de trabajo. Aplicaciones clínicas del ayuno intermitente En un estudio se demostró que la restricción calórica diaria mejoró factores de riesgo cardio-metabólicos en sujetos sin obesidad. Este plan ha demostrado eficacia semejante a la obtenida con las dietas estándar para reducir el peso corporal.
En salud cardiovascular, el ayuno intermitente reduce marcadores de la inflamación sistémica y el estrés oxidativo, asociados a aterosclerosis, así como los factores de riesgo cardiovascular (presión arterial, perfil lipídico y metabolismo de glucosa e insulina) Una disminución del consumo calórico de 12%/día/por dos años, mejora factores de riesgo cardiovascular en personas que no presentan obesidad. Existe evidencia de que el ayuno alternado modifica el comienzo y progresión de procesos patológicos en animales con Alzheimer o Parkinson.
¿Podría adaptarse el ayuno intermitente en el ámbito comunitario e individual? A pesar de los beneficios que ofrece el seguimiento del ayuno intermitente se debe considerar que, está tan arraigado el consumo de 3 comidas principales con colaciones en el día, que un cambio en este patrón raramente podría contemplarse por médicos y pacientes. Por el cambio en el patrón de alimentación, muchas personas podrían experimentar, hambre, irritabilidad y disminución en la capacidad para concentrarse. Finalmente, la mayoría de los médicos no tiene entrenamiento en la prescripción de este tipo de intervenciones, por lo cual deberá consultarse con un nutricionista para asegurarse que el paciente cubra las necesidades nutricionales y reciba una orientación continua.