El plan de austeridad que se autoimpuso el IETAM es el preludio de lo que pronto veremos en todas las instancias estatales, no se habla de otra cosa en pasillos de Palacio de Gobierno y en las dos torres gubernamentales. A los recortes de un 50 % en aguinaldos de funcionarios de primer y segundo nivel, le seguirá una estrategia que desplegará el año próximo con la reducción de vehículos grandes, dejando estrictamente los que se requieren para actividades del servicio público, se abatirán los consumos de gasolina y desaparecerán los de restaurantes.
La estrategia asumida por el Poder Ejecutivo es estar preparado para un año sumamente difícil en que tendrá que estar saliendo a resolver las insatisfacciones generadas por el nivel federal, como lo hizo este año al proporcionar apoyos a las estancias infantiles que se quedaron sin subsidio y al sector campesino con semilla mejorada, por citar un par de ejemplos.
Al mismo tiempo se adecua a un nuevo estilo institucional, porque el Estado tendrá que actuar con sensibilidad social y compromiso frente a las necesidades más apremiantes de los tamaulipecos. Esto incluye el tema de seguridad donde se realizan inversiones importantes para complementar las acciones de instancias federales.
Aunque no lo han anunciado, es probable que las compensaciones en funcionarios de primer nivel se puedan ver reducidas como lo establece la Ley Federal de Austeridad Republicana decretada el pasado 19 de noviembre y que aún no es aterrizada en los Congresos de los estados, pero que pone límites en todo el gasto público, principalmente sueldos, viáticos, gastos de representación, así como en las características de los vehículos destinados al servicio público.
El IETAM aunque no sufrió recorte en su presupuesto por parte del Gobierno del Estado de Tamaulipas, la Presidenta del Consejo General de ese organismo, María de los Ángeles Quintero dio a conocer que reducirá a la mitad el número de empleados que se contratan de manera temporal, de 80 elementos habrá sólo 40 oportunidades. En 2020 no habrá elecciones pero el año electoral inicia en septiembre y 2021 será super intenso, al organizar comicios para diputados locales y alcaldes. Al INE le corresponderán los diputados federales, todo en un proceso concurrente de grandes retos para estas dos instituciones.

LOS MINISUELDOS DEL PRI
Con circunstancias peores a las que resistieron los últimos 3 presidentes(as) del CDE del PRI, se enfrentará Edgar Melhem Salinas, a quien el optimismo y amor a la camiseta lo animará pero son innegables las condiciones adversas que lo acompañarán a lo largo de 2020. A su antecesora Yahleel Abdalá le alcanzó para canalizar un poco de recursos a los comités municipales y mantener vivo de alguna manera al partido en la geografía Tamaulipeca, aunque el resultado en las urnas fue finalmente desastroso.
Sólo que la hoy diputada local plurinominal recibía aproximadamente 3 millones 800 mil pesos mensuales, que le permitió afrontar gastos de servicios, nómina, multas y litigios que generaron indemnizaciones. Hoy a Melhem le llegarán a partir de enero alrededor de un millón de pesos, de los cuales tendrá que pagar un par de indemnizaciones, más alguna de tipo comercial que está en trámite, sueldos y servicios de luz, teléfono y agua.
Con el nuevo presidente del PRI Tamaulipas no habrá super sueldos, aquellos secretarios con pagos de 60 mil y hasta 80 mil pesos mensuales, son historia. Habrá quienes perciban 30 mil o 20 mil pesos si bien les va y funcionarios menores tendrán ingresos meramente simbólicos. Debieran de ser puestos honorarios para calar el amor a la camiseta, el priismo en estos tiempos debe ser doctrina y no oportunidad salarial o trampolín para una plurinominal. En enero próximo el dirigente dará a conocer los nombramientos que faltan, y en este grupo vienen algunos héroes de guerra.
El PRI de Melhem tiene que apelar a la conciencia de los priistas de los diferentes municipios si quiere tener una base para hacer hondear la bandera tricolor, incluso sus noventa regidores, pero también quienes ostentaron algún cargo de elección popular y que en ningún momento pagaron ninguna cuota, sólo lo hicieron y con trabajos, cuando fueron emplazados por la convocatoria para registrar una candidatura, un requisito que no existiría si la militancia estuviera comprometida realmente con el instituto político.
Edgardo Melhem Salinas no sólo se va a enfrentar a una caja vacía, sino a un partido con instituciones fantasmas. Hasta ahora el sector campesino es el único pilar de los tres principales que vestían al partido que está vivo, que es real y que entregó en los comicios federales de 2018 más de 17 millones de votos, de los cuales 9 millones fueron para Morena y apenas poco más de 1 millón y medio al PRI y los restantes 6 millones y pico al PAN.
En este episodio que empezará a escribirse en enero no habrá CNOP, ni Movimiento Territorial que eran paraestatales alimentadas por el presupuesto estatal cuando fue gobierno. En realidad sólo fueron mera apariencia para vestir al partido de fortaleza. Mientras que el sector obrero (CTM) ya nave en aguas diferentes a las del Tricolor, también es real, pero libre en sus vocaciones partidistas.