CAMINANDO CON SEBASTÍAN
Me gusta que me busques y me necesites, pero más me gustaría que me buscaras cuando no tengas nada que necesitar.
Me agrada sentir que más allá de tu coraje, cuando enfrentas tus tormentas, el miedo te acobarde y busques refugiarte en mí.
Me preocupa tu mirada cuando pareciera que estás viendo algo y no ves nada, sólo la oscuridad de tu quebranto.
Me asusta que tomes decisiones muy precipitadas, cuando te encuentras luchando para buscar respuestas a tu ira.
Me duele tanto lo que te está pasando, me duele ver ese llanto de impotencia que no te conduce a nada bueno, pues sé que tus heridas están sangrando.
Me lleno de gozo cuando logras vencer los obstáculos que no te dejan ver lo mucho que te estoy amando y me abrazas buscando la paz tan anhelada.
Me entristece cuando te sientes derrotado y te abandonas a tu suerte, cuando no escuchas, cuando no ves, cuando no crees lo mucho que te amamos.
Cómo quisiera que despertaras de esa pesadilla que te intimida y te motiva para sacar de ti lo que nunca fuiste.
Me gusta acudir a ti y tocar tu alma, para que sepas que de mi corazón nunca te has ido.
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