Uno de los aspectos más terrible para los mexicanos, aparte de la escasez de empleo, de salarios por debajo de la línea de bienestar social, de la fragilidad de la economía, del sube y baja del Peso respecto del Dólar que es más especulación que estatus económico y financiero para obtener ganancias por los dueños del capital y producir inflación; la endiablada inseguridad pública; lo más terrible y de temer es que el Estado Mexicano carece de una política sensata, nacionalista, que conduzca y convoque al pueblo de México. Lo evidente en todo el país, es el rechazo del ciudadano hacia los gobiernos federal, estatal y municipal; hacia los partidos políticos; el desprestigio absoluto de quienes conforman la política en México; políticos, gobernantes, líderes, organizaciones, asociaciones, uniones, sindicatos, etc.

El presidente Peña Nieto tiene la aceptación de 3 de cada 10 ciudadanos, lo que le hace perder el liderazgo moral y social en los mexicanos. Es el Presidente, tiene estratos políticos y gubernamentales que  hacen caso a sus órdenes, sin embargo perdió la calidad de guía político del país. A pesar de que representa al Poder Ejecutivo en México, no representa los intereses de la sociedad mexicana. López Portillo sufrió una debacle económica y política con consecuencias negativas para México, sin embargo logró heredar la Presidencia a De la Madrid, gracias al poder social y económico que México tenía hace 30 años como nación, lo que le permitió salir a flote y aún con elecciones cuestionadas aún en día, que llegase Salinas de Gortari a Los Pinos.

Desde esa época, México perdió su soberanía por su sostenida incapacidad para producir lo básico para una sociedad como  son alimentos y gasolinas, así que las decisiones en materia económica que toma el Presidente de México, emanan de acuerdos que se dictan en el extranjero por grupos de poder financiero quienes a través del crecimiento desmesurado de la deuda externa se apoderaron del país. La política nacional emana de un concepto diabólico. Vea la manera grandiosa de prohijar la corrupción y después descubrir a unos cuantos gobernadores y ex gobernadores responsables de corrupción y de robo de dinero público, en un esfuerzo por estabilizar un Estado Mexicano que se tambalea, resquebrajado desde su interior. Por cierto, ¿los responsables de la Federación de vigilar el buen uso del dinero robado, también serán investigados y sujetos a juicio? “Tanto peca el que mata la vaca, como el que le detiene la pata”.

La libertad es un concepto puramente lírico en México. La realidad muestra que el crimen organizado mantiene en calidad de secuestro a millones de mexicanos en la mayoría de las entidades, a pesar del esfuerzo bélico desatado por la Marina y el Ejército. Todos los detenidos, presentados como jefes de plaza, son  peones al servicio de capos quienes en la vida cotidiana son personajes respetables que interactúan con políticos y gobernantes y se desenvuelven en la sociedad.

En economía, México da pena al descender en el estatus mundial al lograr un crecimiento anual históricamente  el más bajo en 30 años, 2%, lo que significa una tragedia para los mexicanos, pues impide que se logre crear el millón de nuevos empleos que México demanda por año, más el rezago enorme de desempleo, acumulado.

El preocupante panorama no es lo peor que puede suceder en México; lo peor está por suceder pues quien logre ser Presidente en 2018 encontrará un país con más de la mitad de su población en pobreza; con una planta productiva en el campo insuficiente por la fragmentación y la falta de apoyo; con manufactura predominantemente básica como es el ensamblaje; con crisis en educación, vivienda con servicios básicos; salud y empleo. “Significa sacarse la rifa del tigre”; aunque el territorio nacional es tan rico y los gobiernos tan corruptos, que bien puede México continuar enriqueciendo unas castas gobernantes más a costa del incremento de la pobreza de los mexicanos.