Los efectos de los excesos de las fiestas decembrinas empiezan a evidenciarse,  por lo general, en la segunda quincena de enero, de ahí que, las salas de espera de los Centros de Salud y los Hospitales, suelen estar súper llenas, lo que ocasiona, que el ambiente en dichos espacios, llegue en un momento dado, a generar un incremento importante del estrés, no solamente entre los usuarios de los servicios de salud, sino que también en los prestadores de los mismos debido a las presiones que los primeros suelen hacer ante su deseo de ser atendidos con prontitud, no importándoles, incluso, el hecho de que no se cumpla en su totalidad con el proceso de calidad del servicios, situación, que sin duda repercutirá en el resultado que esperan obtener.

Difícilmente, en una consulta de las llamadas exprés, se puede cubrir el aspecto de integralidad, al menos, en lo que respecta al ejercicio de la práctica profesional de los agentes de salud; alguien podría objetarme, que la falta de insumos para la salud, es el primer obstáculo para trabajar con calidad, pero, desde mi muy particular enfoque, y sin restarle importancia a ese aspecto, los equipos de salud, no debemos abandonar los valores éticos para cumplir a cabalidad con el ejercicio de nuestra profesión.

El día de ayer atendí a varios pacientes que acudían por primera vez al Centro de Salud; como era de esperarse no conocían el protocolo para acceder a  la consulta, por lo que llegaron a la unidad después de la hora en la que acceden los pacientes de la consulta subsecuente, y por ende, les tocaron las  últimas fichas, por lo que su espera se prolongó más del tiempo que tenían estimado, de ahí que, poco a poco se fueron inquietando, cuando pasó el primero de ellos al consultorio, se veía francamente molesto, lo recibí con amabilidad, pero no cambió su actitud, con el paso de los minutos, seguía con atención todos los aspectos que involucraba una consulta integral, al término de la misma me disculpé con él por el tiempo que tuvo que esperar para ser atendido, lo mismo sucedió con los pacientes restantes que tenían las últimas fichas para ser atendidos y aunque usted no lo crea, todos se sintieron satisfechos con la atención recibida; de ahí deduje, que aquellos pacientes que sólo reciben consultas exprés, se conforman con ese modelo, porque no han tenido acceso a una consulta integral de calidad.

Siempre es importante tomar en cuenta, que cuando se va abandonando la buena práctica, no solamente estamos contribuyendo al deterioro de los procesos de calidad de la prestación de un servicio, estamos demeritando también nuestra profesión y denigrando nuestros valores que nos distinguen como buenos seres humanos.

 

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