Cuando trato de mejorar la forma de comunicarme con otras personas, procuro ser intencional, mi interés con ello radica en el hecho de que los mensajes que comparto puedan ser lo suficientemente claros para poder establecer un estado de entendimiento que nos ayude a resolver los problemas que nos impiden crecer en nuestras relaciones personales; para mí es sumamente importante que no se desvirtúe el sentido de lo que estoy expresando, ya que es frecuente que cuando interactúo con las personas más cercanas, se dispara un mecanismo de defensa que exhibe una alta sensibilidad a ciertos temas, sobre todo, los que son útiles para desarrollar la plena conciencia; la reacción de quienes parecieran blindarse para no verse afectadas emocionalmente, ya que se evidencia más que una respuesta consciente, una de carácter instintivo al sentirse involuntariamente vulnerada en su forma de ser, y pareciera que se pusiera en riesgo su libertad para pensar y actuar.

En ocasiones es tal la resistencia a escuchar mis mensajes, que pareciera que mis interlocutores sólo se escucharan a sí mismos y entraran a un estado de negación, por lo que no permiten cualquier otra forma de concebir las situaciones que se han generado en torno a lo que se está exponiendo.

Como tengo un verdadero compromiso intensional en lo que expreso, resulta frustrante el hecho de que no se me escuche, solamente se de entrada al mensaje y éste sirva únicamente para polemizar, y se da cabida a un debate acalorado, traduciéndose para mí como una pérdida de tiempo y energía.

Cuando trato de obtener un resultado de la manera más comprensible, resulta todo lo contrario, lo que me hace pensar en que debo de buscar otra forma para hacerme entender; de ahí que suelo concentrarme nuevamente en lo que es realmente importante y busco nuevas formas para expresar mi intensión, sin abandonar la prioridad que tiene el hecho de escuchar a otros con toda atención.
enfoque_sbc@hotmail.com