La izquierda parece estar nuevamente “de moda” en nuestro país.

Gire la vista y agudice los demás sentidos para escudriñar a su alrededor. Se percatará de que esa óptica, filosofía, corriente o como guste llamarla, aparece prácticamente en todas partes. Es, como lo fue hace décadas, una especie de camino “para estar al día” o para ser “cool”, como hasta hace poco se le llamaba a estar actualizado.

Periodistas, políticos, artistas, trabajadores, académicos y hasta una parte significativa del empresariado mexicano gustan hoy de pronunciarse en diversos foros con reflexiones públicas y privadas en ese sentido. Hay de todo en la viña del Señor, tímidos, moderados, mesurados, objetivos y por supuesto, también extremistas.

En este escenario “deja vu” en nuestro país, me llama la atención que también se suman a esa tendencia quienes precisamente se han beneficiado de manera generosa y hasta abusiva de su antítesis, el capitalismo. Vamos, hasta en la política surgen.

Uno de esos casos es el de Manlio Fabio Beltrones. Sí, el mismo que fue gobernador de Sonora, senador y diputado federal cuantas veces le ha pegado la gana y dirigente nacional –una de sus malas experiencias– del Partido Revolucionario Institucional. En ese trayecto ininterrumpido enganchado al poder, este personaje sin duda es uno de los políticos más influyentes del país…y también es uno de los más ricos.

Hoy, el próspero Manlio, el adinerado Beltrones, propone que el PRI se decante a la izquierda en forma radical. El objetivo es, opina, que ese partido recupere la credibilidad social y con ella el voto que le permita conservar en las estructuras de gobierno el control nacional, , tan deteriorado y en algunos casos casi extinto, en los años cercanos.

¿Por qué hasta ahora la sugerencia del sonorense?

¿Por qué no aplicó esa visión cuando él medró tantos años en las doradas arcas del capitalismo, maquillado como actividad política?

Con seguridad tiene Manlio una explicación a modo, pero en lo personal me hace recordar una anécdota atribuida hace tiempo a un candidato priista a alcalde de Padilla –quien logró ser electo– cuando éste llevaba a cabo su campaña.

Apunta la versión popular que el gobernador en turno llamó a los candidatos a una reunión en donde les pidió que al llegar a ser autoridades no hicieran lo mismo que sus antecesores: saquear en forma descarada.

El futuro alcalde, enfurruñado, le dijo al mandatario: “¡Ah, ahora que nos toca a nosotros ya no quieren que robemos!… así no conviene jefe…”

¿Será por eso –porque ahora él ya no va a estar en el poder– que Beltrones sugiere el giro a la austera izquierda?

Le dejo la respuesta de tarea…

LO BUENO Y LO MALO

Tienen razón. Y no la tienen.

Me refiero a la decisión de dejar en un plano doméstico a lo que era el Festival Internacional Tamaulipas, en aras de no pagar las gruesas sumas que significaba traer a artistas y grupos de otros países que participaban en ese evento.

Nadie puede discutir que es benéfico ese ahorro, si es que en realidad se destinan a eso los recursos, pero también nadie puede negar que con ese ajuste financiero hasta los huesos, miles de tamaulipecos ven perdidas las únicas oportunidades que tenían de conocer esas manifestaciones culturales. Ni en sueños muchos de nosotros podemos imaginarnos costeando con nuestros propios recursos una visita a otra nación para disfrutar de su acervo en ese terreno.

Y no es que existiera desinterés de la gente por presenciar esos eventos, como se dijo al señalar que iban 40 personas. Lo que hubo fue un acaparamiento sistemático de boletos que perpetraban los altos funcionarios, quienes al final no asistían y dejaban desiertos los teatros.

Hay que llamar al pan, pan. Y al vino, vino…

Twitter: @LABERINTOS_HOY