Comienza el año 2022, año en el cual en nuestro estado (Tamaulipas), habrá elecciones para elegir un nuevo gobernador. En pasadas columnas he escrito sobre a lo que yo he llamado “péndulo de la democracia”, que consiste en que como en un péndulo que se mueve de un lado a otro sin parar, lo mismo ha pasado en nuestra democracia, nacional estatal y local. Gobierno que no cumple, se va.
En México en el 2000 se comenzó a mover el péndulo y no ha parado. Se hecho para fuera el PRI gobierno y se eligió al PAN con Vicente Fox. En el 2006 a través de una elección muy dudosa conservó el poder el PAN con Felipe calderón. En 2012 volvió el PRI con Enrique Peña Nieto. Y en el 2018 tras un desastroso sexenio presidencial, se votó a favor de MORENA con Andrés Manuel López Obrador. A todo lo anterior le agregas que en 1988 “se cayó el sistema” y que en 1994 mataron al candidato puntero; la efervescencia mexicana por comenzar a mover el péndulo comenzó ya hace más de 30 años.
Lo mismo ha pasado en el ámbito local; en 2004 ganó el PRI con Eugenio Hernández, en 2010 asesinaron al Dr. Rodolfo Torre Cantú quedando como suplente Egidio torre Cantú (hermano del Dr.), en 2016 ganó el PAN con Francisco García Cabeza de Vaca, y al parecer según las encuestas y el clamor popular en 2022 volverá haber transición democrática en Tamaulipas.
Por si fuera poco, el péndulo no solo se ha movido en el ámbito estatal. En la mayoría de los municipios grandes del estado ha pasado lo mismo. Por ejemplo, en Ciudad Victoria, 2016 Oscar Almaraz del PRI, 2018 Xico González del PAN y 2021 Lalo Gattás de MORENA. No es diferente en Matamoros, Reynosa, Tampico y Nuevo Laredo, donde también el péndulo se ha estado moviendo de un lado a otro.
Lo cierto es que la gente aborrece los malos gobiernos y prueba de ello está en todas las transiciones democráticas que hemos tenido en el siglo XXI, que con tan solo 21 años de este siglo ya hemos tenido más cambios en las cúpulas políticas que en todo el siglo XX. Las estrategias de dar despensas, comités en “territorio” y creación de estructuras ya no sirve en la actualidad. Pocos políticos lo han entendido en el país y, por lo tanto, tienen éxito. Pero la gran mayoría no se ha enfocado en lo que de verdad importa; ¡la gente y sus necesidades!