La semana pasada, el día 1 de diciembre, el presidente Andrés Manuel dio su tercer informe de gobierno en medio de un zócalo a reventar, se estiman que asistieron 250 mil personas. Lo cierto es que el presidente AMLO es muy popular, se ha convertido en un tótem (emblema colectivo y al que una tribu o un individuo venera y otorga un valor protector), para el pueblo mexicano. No me malinterpreten, el análisis de la gestión de su gobierno puede que sea negativa o positiva dependiendo tu perspectiva, lo que no podemos negar es que, junto a la selección mexicana, la virgen de Guadalupe y la bandera nacional, AMLO se ha convertido en un estandarte para el pueblo mexicano.

La fuerza política y la popularidad del presidente es tan grande que ¿Quién puede decir que el país está polarizado?, amplia mayoría en ambas cámaras, mayoría en gubernaturas y congresos locales y por si fuera poco a tres años de haber iniciado su gobierno, su popularidad sigue en aumento. Existe una pequeña minoría de personas muy ruidosa y una gran mayoría muy silenciosa. Las personas que piensan que el país está polarizado probablemente sea porque ven las tendencias en twitter o escuchan los noticieros en los canales de TV tradicionales o en cafés de distintos clubes sociales, pero antes de emitir juicios o estrategias de lo que pasa política o económicamente en el país, se tiene que aceptar la realidad y es que AMLO es un tótem.

Por otro lado puede que no te gusten ciertas políticas sociales, económicas, o laborales, puede que no te guste que haga una conferencia mañanera todos los días, puede que no te guste la gente de la que se ha rodeado, puede que no te gusten los dirigentes y las figuras políticas que dicen ser parte de la transformación en tu estado o municipio, sin embargo la realidad es que a pesar de todo lo que te desagrade del presidente, su popularidad ahí está, intacta y creciendo.

La oposición se tiene que dar cuenta que las mismas personas desacreditadas, con los mismos partidos desacreditados, haciendo alianzas amorfas que no respetan ni sus propias ideologías no van a llegar a ningún lado, ni hoy, ni mañana, ni nunca. Imagínate, si no respetan sus propias ideologías ¿Crees que respeten a la gente a la hora de gobernar?

La verdad es que probablemente la cuatro T, no vaya a ser un cambio sustancial generando buenas prácticas gubernamentales, pero lo que si ha generado es que la gente ya no quiera a esos políticos tradicionales que por muchos años nos han gobernado. El partido Morena se está quedando muy por detrás de la transformación de conciencias y se está convirtiendo en lo mismo que repudia el pueblo mexicano.