Amar como te amo, no se permite aceptar el filosófico concepto que asegura, que no importa el tiempo y la distancia, porque amarte como te amo, requiere por necesidad de tu presencia, porque de otra forma, no cabría en mí la idea de poder amarte sin tenerte y sin tener la referencia de haberte amado en otro tiempo, pues aún siento el gozo de tu amada complacencia.
Amarte como te amo, necesita por consecuencia, el que repitamos todos los días la maravillosa experiencia de encontrarnos, para saber que estamos hechos el uno para el otro, y por ello, necesitamos de la energía que emerge de la mágica elocuencia, de dos almas locamente enamoradas, que no pueden vivir separadas, por pensar que no importa el tiempo y la distancia, si lo que nos une, es la vital esencia que mueve nuestros cuerpos, teniendo como testigo silente a la gloriosa luna, que refleja nuestros cuerpos en la arena.
Amarte como te amo, es un acto irrepetible, por tratarse del encuentro de una misma esencia, excepcional como ninguna, que tuvo la fortuna de seguir por el camino iluminado por la luz divina, que le dio al mundo su amor y el mandato de amarse, teniendo como meta, una nueva vida en la esperada eternidad tan prometida.
Amarte como te amo, sin exigir lo que se entrega a entera complacencia, porque el amor de dos, no es una coincidencia del destino y si lo fuera, pregúntaselo a Dios, porque él es el constructor de todo lo que nos da vida y nos rodea; entonces tú y yo por consecuencia, somos el reflejo del amor que el Señor tiene por sus hijos en la tierra.
Amarte como te amo, en el tiempo y la distancia, no se ha extraviado, vive cada instante de nuestra existencia, vive en el pasado, en el presente, y vivirá en el futuro inesperado, porque no somos únicamente materia, somos espíritu, y el espíritu, no sufre la insolvencia en la nada, sino la consolidación en el todo que lo originó y permitió la simulada ausencia, para darle vida a las palabras del poeta.
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