En México los cárteles están empoderados. Tienen control estratégico de territorio nacional, diversificación de la economía criminal, uso de tecnología para sembrar terror y atacar con drones y minas y la incorporación, cada vez, a más temprana edad de los jóvenes a las bandas criminales.
Esta situación se originó hace una centuria, desde la época del casino Ojo Caliente en Tijuana. Se consolidó con Miguel Ángel Gallardo, quien logró la cooperación del gobierno para transportar cocaína a EE. UU. A la caída de Gallardo y Carrillo Fuentes, las bandas se abrieron y multiplicaron, peleando por el territorio de manera violenta para expandir su negocio criminal a la extorsión de cualquier negocio, en la ciudad y en el campo.
El crimen organizado pasó de estar bajo control del gobierno a formar un gobierno paralelo, infiltrando gobiernos municipales, estatales, federal; partidos políticos; empresarios, la banca y finanzas; y lo más lamentable, aprovechó a la perfección el deterioro social nacional para obtener miles de soldados dispuestos a gozar de unos años de poder y droga a llevar una vida de falta de acceso a las oportunidades; muchos de estos, ni siquiera tuvieron la oportunidad de conocer las oportunidades del desarrollo humano.
Hay un factor fundamental que desde 2014 que se ha profundizado, “la clase política es parte del asunto. Se sabe de un grupo del crimen organizado, del cual no se habla, parte de la gobernanza criminal actual”, En el mejor de los casos, algo difícil de considerar, es espectadora del crimen, por ello, el homicidio de Uruapan, Carlos Manzo, preocupó en Palacio. Son años donde se abandonó tareas de seguridad, mientras el crimen organizado se empoderó al percibir la omisión del Estado.
“El crimen organizado pasó de ejercer control sobre aspectos de la vida comunitaria a imponer autoridades municipales y estatales. Los alcaldes, electos para proteger a sus comunidades se ven forzados a trabajar bajo las órdenes de estos grupos”. Si tenemos gran presencia militar y de fuerzas federales, ¿por qué tanta ineficacia en su actuación? El Ejército tiene un aparato de inteligencia y despliegue no vistos.
La presidente Scheinbaum la tiene difícil, sin embargo, culpar a los “anteriores” de nada sirve. Lo que se espera son acciones y resultados y como resultan incapaces para controlar la violencia y el negocio criminales, recurren al “pasado”, evadiendo el “presente”, su responsabilidad.
Asúmanla o regresen al poder a los “anteriores”. Tal vez ellos sí sean capaces de detener y controlar al Frankestein que se salió de control.