Venta de agua, negocio que crece a mayor ritmo que la economía, ambición de bancos y empresas, falta en un tercio de los hogares del país cuando 1 de cada 5 acuíferos del país se agota rápidamente. La información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) habla de que 64% de mexicanos recibe diariamente agua entubada en sus hogares, pero el negocio del líquido embotellado creció 26% de 2016-20.

En 2021 el mercado global del agua fue 283 mil millones de dólares y se prevé en 2022-30, crecimiento anual de 7%. Las autoridades de meteorología aseguran que este, como el anterior, es un año seco y hará más evidente la desigualdad en torno al agua. En Nuevo León hay colonias que por semanas no reciben agua, pero en casa de exfuncionarios se tienen pozos para abastecerlos. Tamaulipas usa agua de Veracruz y las bajas californias viven problemas severos de escasez como muchos puntos de la frontera con EE. UU., lo que pone al agua como factor geopolítico ya que en Chihuahua el control del agua entre empresarios de México y de EE. UU., involucra planes de desarrollo de ambos gobiernos.

Buena parte de la discusión sobre el futuro se centra en los acuíferos pues 70% de habitantes de zonas urbanas los usan, dice Ramón Aguirre, encargado del sistema de agua. Asegura que, de los 653 acuíferos, 115 se sobrexplotan y otros 90 no tienen disponibilidad para concesiones. La disputa por el negocio y el descuido de las autoridades que no estable regcelas para lograr eficiente distribución del agua, forma un muro que divide económica y socialmente a la población. En Guadalajara, México, y Monterrey más de 90% de la población tiene toma de agua en sus casas –que no es indicador de disposición del líquido y de su calidad–; en Guerrero, Chiapas y Oaxaca, la gente tiene que caminar horas para conseguir agua y llevar a sus casas. Las diferencias se acentúan en quien no tiene agua en su hogar, pues gasta en agua embotellada. El gasto en agua embotellada sigue en aumento, y quienes gastan más son los habitantes de zonas de mayor marginación.

Datos que no parecen ciertos: México exporta agua. Cerveza, aguacates y frutas (fresas, arándanos, zarzamoras, etc.) son forma de exportarla. En el Atlas del Agua (2016), seis de cada 10 ríos tienen grados graves de contaminación por desechos de empresas. Los empresarios de Nuevo León están dispuestos a ceder 20 millones de metros cúbicos, lo que se califica como infamia puesto que el líquido, en término legal, no es de esos industriales.

Las decisiones políticas llevan a desastre. En Tamaulipas con larga sequía, se trazó un proyecto para construir un acueducto y asegurar el abasto para Ciudad Victoria, la Secretaría de Hacienda tenía el presupuesto, pero el gobernador García Cabeza de Vaca lo canceló y la crisis aumenta. Conagua prepara un programa nacional de medición para conseguir datos que apoyen tarifas justas que deberán pagar quienes más consumen. Se trata de medir la sobreexplotación de acuíferos y hacer que las tarifas de pago estén acordes a ese aprovechamiento, pero sobre todo medir y saber en qué se utiliza el líquido que requieren muchos lugares de la República. La exigencia es que desde las leyes se impida que el negocio del agua sea uno elemento de marginación en contra de las entidades más pobres del país.