Los revolucionarios que ganan el poder señalando de sus antecesores todo lo malo y lo putrefacto, hacen lo necesario para conservarlo, dejan de ser libertadores y se convierten en lo que criticaban, en un conservador que destruye la maquinaria democrática que lo llevó al poder. Nadie más llegará al poder por la democracia, será por su imperial voluntad. Se entretiene la atención pública con ataque, crítica, que salga pus; mentira y cinismo, como si así un país pudiese sanar.
Los Aztecas, llegados desde Arizona, descendientes de los indios Hopi, se sintieron elegidos por su dios y guiados por él crearon un imperio de violencia, esclavitud y muerte, con dominio de las tribus de la región que hoy es el centro del país. Esa crueldad llevó a las tribus dominadas a alianza con los españoles para derrotar a los Aztecas y crear al paso de los siglos lo que hoy es México. Sucesivamente hubo diversas hegemonías derivadas de características humanas como el afán de poder, de riqueza y dominio. Posterior a la Revolución surge otra hegemonía, el PRI. En la actualidad ni los priistas son capaces de exteriorizar la grandeza que México logró en esa etapa social, política y económica, lo único que se señala es autoritarismo, ineficacia, corrupción y muerte, que el PRI desató y la pérdida de su ideología social.
El PAN asentó la militarización del país, error que se profundiza y ensancha al dar al ejército y marina responsabilidades propias de instituciones civiles. A un policía, un agente de tránsito u oficial aduanal, un ciudadano se le enfrentaba cuando se pisoteaban sus derechos, ante un militar, no se puede quejar, pues la respuesta militar es acallar por la vía que sea necesaria.
La zona aduanera en los puentes de Matamoros luce militarizada, enormes muros de cemento guían la vialidad con grave riesgo de accidentes, sin señalización, y con un trato que recuerda el miedo que invadía cruzar una garita migratoria hace 50 años. El león, a pesar de lo mucho que ha devorado, no soltará al país que se le dio a cambio de lealtad dudosa, pues los jóvenes destronan a los viejos y se apoderarán del botín completo.
México sufre autoritarismo y corrupción achacados al PRI, militarización del PAN, y el ataque a las instituciones de contra peso al Ejecutivo para lograr que la voluntad de un amable líder decida lo qué es necesario para los mexicanos, la manera en qué se hará política, la manera de gobernar.