Será interesante conocer las expresiones de los representantes de la sociedad civil en la frontera sobre la “extensa” reunión que sostuvieron con el Secretario de Gobernación y el gabinete entero de seguridad nacional durante la sesión de este lunes en Reynosa, porque a juzgar por lo declarado durante la rueda de prensa y respondido durante las tres preguntas permitidas a los medios de comunicación, Osorio Chong no vino a decir nada nuevo a Tamaulipas.

Este fin de semana se cumplieron tres años de haberse implementado “la nueva estrategia de seguridad en Tamaulipas”, misma que inició un 13 de mayo del 2014 con la creación cuatro zonas territoriales que corresponden la de la frontera, zona costa, zona centro y zona sur. Hace tres años se reforzó la presencia policiaca, técnica y de inteligencia, además de abrir fiscalías regionales de la Procuraduría en cada una de esas zonas para fortalecer la denuncia, pero sobre todo las labores de investigación, hoy las cosas siguen igual o peor.

Un año antes, en el 2013 Miguel Ángel Osorio Chong destacaba como zonas de conflicto Ciudad Victoria y Nuevo Laredo, al año siguiente consideró necesario aplicar la segunda fase en la estrategia de Seguridad con las acciones ya descritas.

Tres años después la violencia no ha podido contenerse y se concentra en dos municipios principalmente y aunque éstos no fueron nombrados por el Secretario de Gobernación sabemos, por los últimos episodios de violencia, que se refería a Reynosa y Victoria, aunque durante los eventos solo estuvieron presentes la alcaldesa Maki Ortiz y Juan Diego Guajardo de Rio Bravo (¿o será este último el segundo municipio en discordia?).

Ambos, por cierto, enfrascados recientemente en una guerra de declaraciones en contra del mandamás tamaulipeco. La primera por la designación de funcionarios municipales y las presuntas omisiones de su gobierno durante las jornadas violentas, todo ligado al tema político y el segundo enfrascado en el asunto de la Comisión Municipal de Agua Potable manejada por el Estado y que suspendió el servicio de agua, lo que fue calificado como un revanchismo político por el alcalde Juan Diego Guajardo.

El chiste es que Osorio Chong no vino a anunciar nada nuevo, ni siquiera un mensaje esperanzador como aquellos de años anteriores se aventó frente a los tamaulipecos. En un breve discurso ante los representantes de los medios de comunicación se limitó a decir que irán por los objetivos principales y atacarán el tema del financiamiento y sus actividades logísticas, algo que por cierto se ha venido implementando recientemente con el decomiso de máquinas de casino, taxis piratas y revisiones de yonques, además de hacer referencia a las “dificultades” en Reynosa que “generaron pánico entre la sociedad con la quema de llantas y vehículos”.

No enviarán más recursos, no enviarán más elementos, no habrá nueva estrategia; para que me entienda, no habrá nada de nada, más que fortalecer la coordinación entre el gobierno federal, estatal y los municipios. “Habrá más inteligencia”, finalizó.

De la fuga de 29 reos del Penal de Ciudad Victoria, el intento de fuga en Reynosa, las riñas al interior de los penales y los autogobiernos no dijo absolutamente nada, mucho menos del reciente asesinato de la activista social Miriam Rodríguez, representante del Colectivo de Personas desaparecidas en San Fernando, misma que no recibió atención oportuna por parte de autoridades federales a través del mecanismo de protección a defensores de derechos humanos.

Aseguró que los recursos económicos con los que cuenta Tamaulipas son más que suficientes para resolver el problema de violencia, igual que el número de elementos federales que realizan labores de seguridad en la entidad.

De ahí la importancia de conocer la opinión de los representantes de la sociedad civil que estuvieron presentes en los eventos cerrados para ampliar nuestra perspectiva de la importante visita, que por lo pronto es muy mínima.

Los priistas, por su parte, en lugar de pujar por una mejor condición de seguridad, utilizaron el día para enfrascarse en una pelea interna que parece no tener fin.

Que Dios lo bendiga, gracias.

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