Una de la carencia fundamentales durante la pandemia del Cobid-19, es la certidumbre, es uno de los cuestionamientos básico de la población, el planteamiento estriba en el que sucederá una vez que transcurra la enfermedad, en que tendremos que diferenciarnos, si habrá un ayer y un hoy. Si tendremos que convivir con la enfermedad por el resto de la vida o si hay otras alternativas para transitar.
En los medios electrónicos y escritos destaca una corriente que pareciera contradecir los dogmas de los especialistas respecto al encierro de la población mundial como medida de prevención, sin embargo esta corriente asegura que el encierro hace vulnerables a las personas lo mismo que interrumpir la sana distancia.
Hasta ahora la Organización Mundial de la Salud, no ha cejado en recomendar el aislamiento y la sana distancia. También ha sido puntual con el Gobierno Mexicano, en el sentido de que no cante victoria y se prepare para una etapa critica de la enfermedad, se cree que los daños serán mayores.
Y algo o mucho de cierto deben contener estas puntualizaciones de la OMS, sobre todo porque vieron a un Presidente con abrazos, besos y recorridos al aire libre, pero ninguna señal encaminada a la prevención o a tomar previsiones.
Más preocupada esta esa organización porque seguida de la amuletos protectores del Covid19. En la semana que transcurre aseveró que en Mexico se esta domando la pandemia, cuando en los hospitales del gobierno federal, donde se presume que no hay espacio para el regateo de los recursos del Insabi, es donde lamentablemente han fallecido los mismo enfermeras que médicos.
El escenario invoca una expresión del Gran Libro cuando Jesucristo durante sus recorridos por Galilea, expresa a sus seguidores, estos no creerán aunque un Angel baje del cielo a comunicárselo.
Es decir, más allá del espiritualismo, las autoridades de algunos 200 países del mundo han manejado con seriedad la problemática del Covid-19, no así gobiernos como el mexicano que con amuletos protectores busca proteger a la población.
Destaca en las ultimas horas del ex rector de la UNAM, José Narro, quien cuestiona donde están las cifras de personas muestreadas, es decir con cuantas muestras cuenta el estado mexicano. Lo que quiere decir, que el estado esta a la defensiva y no a la ofensiva con el virus.
El planteamiento que se hacen los especialistas es cuál es el piso de infección y transmisión de los 5.329 de Covid que reconoce la autoridad más los 11,220 casos sospechosos que se han presentado. Por ello hay quienes consideran como Narro que la federación carece o no reconoce las proyecciones de acuerdo a los casos confirmados, sospechosos y en estudio, así como los respectivos fallecimientos.
En este sentido Narro subraya que es necesario admitir los números del Covid y no únicamente los del gabinete de salud. Es necesario también que la autoridad asmita que la crisis se localiza en hospitales como el IMSS y el ISSSTE y no necesariamente en cínicas estatales.
Lo mismo se puede presumir de las camas vacantes en los hospitales, pues ciertamente no se ocupan porque la autoridad ha dado un manejo en el sentido de que los pacientes no se hospitalicen, sino que un índice relevantes de los casos fallecen en sus domicilios y, de esta manera no se confirma que las bajas hayan sido causadas por la enfermedad, pero los parientes de la victimas consideran que murieron en calidad de sospechosos
La población ante la incertidumbre
Una de la carencia fundamentales durante la pandemia del Cobid-19, es la certidumbre, es uno de los cuestionamientos básico de…