Un reciente estudio de la Universidad de Málaga, publicado en la revista “Frontiers”, revela que el uso de redes sociales está empeorando los trastornos de conducta alimentaria (TCA), al crear espacios virtuales que refuerzan comportamientos peligrosos.
De acuerdo con Andrés Fontalba, uno de los autores del estudio, cada vez es más común que las personas desarrollen simultáneamente depresión, ansiedad y TCA, siendo las redes sociales un factor que agrava este fenómeno.
Fontalba explica que las redes sociales permiten la creación de comunidades virtuales con ideas y objetivos similares, lo que lleva a los usuarios a perpetuar conductas de riesgo como dietas extremas, trucos para perder peso y engaños a familiares y médicos sobre su estado de salud.
Estos grupos comparten imágenes y videos que evidencian sus “progresos”, lo que fomenta una cultura de perfección e idealización de cuerpos delgados.
La investigación también destaca que la estructura de estos grupos suele ser piramidal, con líderes que guían a los demás miembros, lo que refuerza el comportamiento peligroso.
La pandemia de COVID-19, según los expertos, incrementó el uso de redes sociales, exacerbando la insatisfacción corporal y agravando los TCA. Algunos de estos grupos cuentan con más de 8,000 miembros, y unirse a ellos es relativamente fácil.
El análisis cualitativo, que abarcó plataformas como TikTok, Instagram, Telegram, Facebook y Twitter, mostró que el contenido difundido en estas redes, como videos, imágenes, entradas de blogs, mensajes de chat y archivos en formato PDF, promueve abiertamente trastornos como la anorexia y la bulimia.