Microsoft acusó a Sony de pagar a desarrolladores de videojuegos para bloquear la llegada títulos a su servicio de suscripción Game Pass.

La empresa envió el pasado 9 de agosto sus respuestas a diversos cuestionamientos del Consejo Administrativo de Defensa Económica (Ceda), organismo anticompetitivo de Brasil que vigila la compra de Activision Blizzard por parte de esta compañía, entre ellos algunos referidos a Sony.

“La capacidad de Microsoft para seguir expandiendo Game Pass ha sido obstruido por el deseo de Sony de inhibir dicho crecimiento. Sony paga por ‘derechos de bloqueo’ para evitar que los desarrolladores añadan contenidos a Game Pass y otros servicios de suscripción de la competencia”, indicó Microsoft en una de sus respuestas.

La respuesta sucede luego que Sony afirmara en un correo enviado a la Ceda, que si Microsoft compra a Activision, esta no tendría rival por la también adquisición de Call of Duty, franquicia a la que calificó de ‘blockbuster’ y ‘una categoría en sí mismo’.

“Call Of Duty es tan popular que influye en la elección de la consola de los usuarios, y su red de usuarios fieles está tan arraigada que, incluso si un competidor tuviera el presupuesto para desarrollar un producto similar, no podría”, señaló Sony.

“La marca fue la única marca de videojuegos que se coló en el top 10 de todos los marcas de entretenimiento entre los fanáticos, uniéndose a potencias como Star Wars, Juego de Tronos, Harry Potter y El Señor de los Anillos”, añadió.

Microsoft aseguró que la respuesta de Sony difiere del resto de empresas cuestionadas por el regulador brasileño, como Bandai Namco y Warner Bros, quienes no consideraron que la compra de Activision sea anticompetitiva.

“La posición aislada de Sony se explica probablemente por el hecho de que la oferta de juegos por suscripción de Microsoft, Xbox Game Pass (Game Pass), se lanzó como una respuesta competitiva de Microsoft al fracaso de Xbox en la ‘guerra de las consolas’ y la necesidad de ofrecer a los jugadores un valor adicional sobre el modelo de compra por juego modelo”, aseguró.

“De este modo, Game Pass amenaza con competir más eficazmente con el modelo buy-to-play, adoptado con bastante éxito por Sony. En resumen, Sony está indignada por tener que competir con el servicio de suscripción de Microsoft. Sony está en contra de la introducción de nuevos modelos de monetización que son capaces de desafiar su modelo de negocio”, sentenció.

Además, agregó que la afirmación de Sony, sobre que Call of Duty es una categoría en sí misma, no aporta hechos ni análisis que lo demuestren, y que no refleja adecuadamente el funcionamiento del mercado de desarrollo y publicación de juegos.

Añadió que es inusual la crítica de Sony sobre la posibilidad de volver a Call of Duty exclusivo (algo que la compañía ha negado que hará), siendo que su estrategia de ventas se basa justo en eso, e indica que no sería rentable para Microsoft hacer exclusiva la franquicia, puesto que no habría forma de atraer al suficiente número de jugadores a los títulos si solo se venden en una sola tienda, como la Microsoft Store.

“Las estrategias de exclusividad siguen dando lugar a títulos específicos, costes específicos de cada título. Dichos costes, sumados a la pérdida de ventas, significa que Microsoft no podría compensar las pérdidas con mayores ingresos en el ecosistema de Xbox como resultado de la aplicación de la exclusividad”, aseveró.

Actualmente la compra de Activision por parte de Microsoft sigue siendo evaluada por Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea.