La misión espacial TRACERS de la NASA fue suspendida este martes a segundos de su despegue desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, en California, debido a restricciones en el espacio aéreo. El lanzamiento ha sido reprogramado para este miércoles 23 de julio.

El proyecto, que consiste en el envío de dos satélites gemelos a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, tiene como objetivo estudiar los efectos del viento solar sobre la magnetosfera terrestre, una región clave para proteger al planeta de las partículas cargadas provenientes del Sol.

Durante la transmisión en vivo, desde la torre de control se anunció la cancelación del despegue por preocupaciones sobre el espacio aéreo, sin que se hayan reportado fallas técnicas en la nave.

Minutos más tarde, SpaceX confirmó en su cuenta oficial en X (antes Twitter) que la Administración Federal de Aviación (FAA), autoridad reguladora de la aviación en Estados Unidos, fue quien advirtió de las condiciones que imposibilitaban la salida segura del cohete.

Satélites para estudiar el escudo magnético de la Tierra

Esta misión representa el primer intento de lanzamiento de TRACERS (Tandem Reconnection and Cusp Electrodynamics Reconnaissance Satellites), que colocará en órbita a los dos satélites para estudiar, en tiempo casi real, cómo la reconexión magnética modifica el comportamiento de la magnetosfera al interactuar con el viento solar.

El viento solar está compuesto principalmente de protones y electrones que, al chocar con el campo magnético terrestre, pueden generar desde auroras boreales hasta impactos más severos, como afectaciones a las redes eléctricas, sistemas de GPS o incluso daños a satélites y equipos tecnológicos.

Especialistas de la NASA han advertido que estos eventos pueden traducirse en pérdidas económicas millonarias a nivel global.

Se lanzarán más satélites junto con TRACERS

Además de la misión principal, el lanzamiento incluirá otros tres satélites adicionales destinados a estudiar el comportamiento de las partículas de alta energía dentro de las bandas de radiación que rodean la Tierra, y cómo estas se dispersan de manera natural hacia la atmósfera, afectando el funcionamiento de dispositivos espaciales.

Con esta investigación, la NASA busca ampliar el conocimiento sobre los efectos del clima espacial y desarrollar estrategias que permitan mitigar sus riesgos en el futuro.