El comercio como se  conocía cambió para siempre, luego de la pandemia de Covid-19 casi nada es lo mismo en términos tecnológicos. Cientos de millones de personas se sumaron a esta nueva tendencia, muchas veces por la obligación de no poder salir de sus hogares, para luego pasar a descubrir que se trata de una “moda” bastante pegadiza, en particular para aquellas personas que premian su tiempo libre y la conveniencia.

Este último concepto, que implica que los consumidores se guiarán por todo aquello que les implica el menor esfuerzo, como por ejemplo poder comprar la mayoría de lo que necesitan mediante una web o plataforma online. Esto implica claro un gran trabajo de fondo, que permita por ejemplo la utilización de medios digitales de compra, como pueden ser tarjetas de crédito, vínculos con los bancos para el uso de cuentas, así como otros medios de pago.

Y cómo en la mayoría de las empresas de la vida actual, donde hay dinero seguramente habrá gente que busque hacerlo mediante algo ilegal. En este caso, en el que el comercio electrónico está en uno de sus mejores booms de la historia, esta amenaza está representada por los hackers, un grupo de personas muy capaces en términos de programación y matemáticas, que utilizan sus conocimientos para filtrarse en bases de datos, y así muchas veces robar datos de tarjetas de crédito, y otros personales que luego utilizan para extorsionar.

Seguramente haya leído en las noticias sobre los casos de “ransomware”, que así como se desprende de su significado en inglés significa programa de secuestro. Y en este caso, en vez de secuestrar a la persona, lo que se le roban son los datos de su trabajo, personales, etc, luego extorsionándolos para recuperarlos por pagos en criptomonedas, ya que son casi imposibles de rastrear.

El miedo de las grandes tecnológicas

Claro que el común de la gente se siente desprotegida ante este tipo de ataques, y asegurarse algunas medidas tendrá un impacto muy positivo en la seguridad de sus dispositivos domésticos y de trabajo. Pero en el caso de las grandes empresas que operan en el mundo de la tecnología de comercio electrónico y otros afines, esta amenaza es algo latente que buscan tratar de solventar cueste lo que cueste.

Es que una intrusión podría causarles perder sus negocios, por lo que están recurriendo a una solución poco ortodoxa algunos años, pero que ahora cobró mucha vigencia. Se habla claro del hackeo responsable, que no hace más que utilizar los conocimientos de los delincuentes cibernéticos y utilizarlos para el beneficio de las compañías.

Tanto es así que ahora existen carreras y se puede estudiar hackeo ético mediante un curso online, preparando a las personas para buscar las posibles vulnerabilidades en estos programas y plataformas web, para luego informarlos y permitir que las empresas lo arreglen. Se trata de una profesión más que competitiva, que muchas personas de todas las edades están comenzando a estudiar.

Eventualmente serán cada vez más las empresas que utilicen estos servicios, más allá de las empresas tecnológicas de punta como está ocurriendo actualmente. Sobre todo sabiendo que muchas veces este salto a lo digital puede dejar puertas abiertas para que entren delincuentes, por lo que estar preparado nunca tuvo más sentido que ahora.

Foto: Nahuel Abdul Hadi