La privacidad se ha convertido en uno de los bienes más preciados cuando hablamos de estar conectados con nuestros smartphones, y es que dónde estamos, qué hacemos y cuándo, hoy en día tiene un interés comercial para las empresas y por eso cada vez tienen más formas para rastrear toda esta información relevante.
No nos confundamos, los GPS son una de las herramientas más útiles de las que disponemos, ya que nos permiten llegar a cualquier lado, nos indican dónde están las cosas y sirven para ubicarnos a nosotros y a otras personas. Pero como en todo, hay algunos aspectos que no son tan bonitos y útiles, por lo menos para las personas de a pie.
Esto es porque el qué hacemos y dónde lo hacemos sirve para generar un perfil sobre nosotros, y hoy en día estos perfiles se aprovechan para vender tus datos a terceros y que ellos lo utilicen para enviarte publicidad basada en tus gustos. Solo en 2019, según los datos de Nord VPN, la publicidad orientada a la localización movió más de 62.350 millones de dólares y está cantidad no ha dejado de crecer en los últimos años.
¿Cuál es el peligro del rastreo de ubicación?
“Cuando el GPS está activado, varias organizaciones pueden rastrear fácilmente los movimientos de alguien y utilizar esta información para recopilar datos sobre tus hábitos y (des)gustos y enviar publicidad basada en tu ubicación. Una vez que los datos de localización de una persona se han recopilado desde una app y han entrado en el mercado de datos, pueden venderse una y otra vez, desde los proveedores de datos hasta un agregador que revende sus datos”, afirma Daniel Markuson de NordVPN.
Esto quiere decir que ya no es solo la app que tú tengas instalada en tu smartphone la que tiene tus datos personales, sino que esta misma app, puede revender esta información a muchísimas otras empresas. El problema es que los usuarios no son plenamente conscientes de que esto ocurre y esto solo hace que su sombra digital no pare de crecer.
¿Cómo deshacerse del seguimiento?
Lo primero y más importante es que no actives el GPS cuando no lo necesites, es decir, solo activa tu ubicación cuando la necesites para algo específico, por ejemplo, como ir desde donde estás hasta el restaurante al que has quedado a cenar.
Otro consejo es comprobar qué apps y programas tienen permiso para rastrear tu ubicación y considera cuáles quieres que la tengan. Es cierto que hay apps que necesitan del GPS para funcionar correctamente, pero para otras esto es solo un extra que puedes desactivar y va a seguir cumpliendo con su función.
Por último, también es recomendable desactivar las cookies o borrarlas regularmente ya que muchas de ellas recopilan tu dirección IP y tu ubicación geográfica para posteriormente vender esta información para publicidad.