¿Te gusta hacer capturas de pantalla? Si es así debes tener cuidado a la hora de hacerlas en redes sociales, sobre todo en WhatsApp, pues hay una alerta con la nueva función en la que permite la visualización única de fotos o videos –en donde los archivos desparecen en el chat al verlos una vez– .

¿No es segura la función?

De acuerdo con medios especializados en este rubro, a diferencia de Instagram, Snapchat o Telegram, la app de mensajería instantánea, Whatsapp, no notificará a quien haga una captura de pantalla de la imagen que se envió con la nueva función de visualización única.

De esta forma, la nueva función de WhatsApp que se supone es más segura podría crear situaciones de riesgo. Las fotos y los videos efímeros que sólo pueden verse una vez ya están disponibles en WhatsApp tras hacer su aparición con anterioridad en plataformas como Instagram, Snapchat o Telegram, y se enfoca en los contenidos más sensibles que el usuario quiera compartir con determinados contactos, por ejemplo, una foto del DNI si hace falta para una reserva grupal, o de las credenciales (usuario y contraseña) para conectarse a una red WiFi. WhatsApp asegura que la ‘Visualización única’, que es como se llama esta modalidad de mensaje temporal, da al usuario mayor control sobre su privacidad.

Pero también advierte de que el receptor puede hacer capturas de pantalla, una función que no está restringida en esta aplicación.

Este hecho puede poner en riesgo al usuario, haciéndolo vulnerable, por ejemplo, a la extorsión por motivos sexuales, como han advertido desde Panda Security en un comunicado. Según los datos facilitados a la Secretaría de Estado de Seguridad por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, este tipo de delito ha aumentado en un 46 por ciento desde 2018.

También al ‘grooming’, el acoso y abuso sexual de menores por parte de los adultos, y que puede comenzar cuando el cibercriminal acude a alguna red social como TikTok, una de las más famosas entre los adolescentes, y se pone en contacto con la víctima desde un perfil falso desde el que puede fingir ser otro menor o incluso un ‘influencer’, como explican desde Panda. Ese contacto puede generar un vínculo de confianza, que puede llevar al menor a compartir con el adulto su número de teléfono para seguir la conversación en WhatsApp, donde comienza el acoso, que puede incluir peticiones de contenido de tipo sexual.

La compañía de ciberseguridad advierte de que “aquí es donde radica el problema de esta falla de seguridad, el ciberdelincuente tiene todas las facilidades para capturar el archivo que solo puede verse una vez, algo que no solo afecta a los menores”. En el caso de la llamada ‘sextorsión’ entre adultos, en la mayoría de los casos comienza con un contacto establecido a través de aplicaciones de citas, en los que de un modo similar al ‘grooming’ en menores.

La víctima puede tener una falsa sensación de seguridad cuando envía este contenido usando funciones como la de WhatsApp, al creer que el contenido delicado desaparece una vez que el destinatario lo abre y lo ve. El fundamento del delito de sextorsión es el chantaje; el cibercriminal amenaza a la víctima con compartir los archivos privados a sus contactos o de forma pública y pide a cambio dinero o favores como el enviar más contenido íntimo.