Los estabilizantes alimentarios son una serie de aditivos que se utilizan de forma frecuente en los productos industriales para mejorar sus características organolépticas. Pueden ser naturales o sintéticos, y normalmente se consideran bastante seguros para la salud.
Como norma general, impiden la separación de las emulsiones, espumas y suspensiones en sus componentes individuales. De este modo, se logra aumentar la viscosidad del resultado final.
Antes de comenzar, hemos de destacar que conviene priorizar la presencia de los alimentos frescos en la pauta. Dichos comestibles cuentan con una elevada densidad a nivel nutricional, lo que permite satisfacer los requerimientos diarios. Es clave evitar déficits, ya que a mediano plazo esto podría provocar el desarrollo de patologías crónicas y complejas que afectasen negativamente al bienestar.
¿Cómo funcionan los estabilizantes?
Según hemos comentado, los estabilizantes se encargan de evitar la separación de los componentes de las emulsiones. Gracias a ellos, se reduce la cantidad de agua libre, por lo que absorben parte del líquido y provocan que la densidad de la preparación sea superior. El resultado será siempre más viscoso. Normalmente, se emplean para garantizar el equilibrio con el paso del tiempo en lo que a textura se refiere.
Ahora bien, en algunos casos se ha puesto en duda la salubridad de dichos compuestos. Lo cierto es que para garantizar que no generan efectos nocivos sobre el organismo, la EFSA realiza ciertas investigaciones cada poco tiempo.
Todas las sustancias que entran dentro de la categoría de aditivos alimentarios pasan por una serie de rigurosos controles y análisis para garantizar que pueden ser incluidos en la dieta de forma regular.
Aun así, existen discordancias sobre algunos de estos compuestos. Los que más debate generan son los encuadrados dentro del grupo de los edulcorantes artificiales. Se ha demostrado que afectan de manera negativa a la microbiota, reduciendo su densidad y diversidad. Esto podría incrementar el riesgo de sufrir patologías inflamatorias a mediano plazo, o de experimentar problemas digestivos que condicionen el uso de los nutrientes.
¿Cuáles son los estabilizantes más empleados?
Los estabilizantes y aditivos alimentarios empleados en un producto han de estar mencionados en el etiquetado. Habitualmente, se utiliza una nomenclatura que emplea una letra y números para designarlos.
Los más frecuentes dentro del contexto de los estabilizantes son el agar agar y la goma guar. Pueden actuar como fibra y no generan daños en el organismo a mediano plazo. Incluso, tendrían la capacidad de ayudar a reducir el estreñimiento.
Las fibras incrementan el volumen del bolo fecal, logrando así una activación mayor de los mecanorreceptores del tubo. Esto se traduce en movimientos peristálticos más intensos, lo que facilita el descenso de las heces.
Un estudio publicado en la revista BMJ lo corrobora. Por otro lado, parte de la fibra sirve de sustrato energético para las bacterias que conforman la microbiota. De este modo, se estimula su crecimiento.
Estabilizantes naturales y artificiales
Dentro del grupo de los estabilizantes, podemos encontrar compuestos naturales y otros que han sido diseñados de forma sintética en un laboratorio. Entre los naturales más conocidos, se encuentran los ya mencionados, las pectinas y el ácido algínico. Se considera que no generan efectos negativos sobre el estado de salud, aunque en ciertas personas con problema inflamatorio intestinal podrían sentar mal.
En el caso de desarrollar algún síntoma digestivo tras el consumo en repetidas ocasiones de un procesado con estabilizantes, lo mejor será consultar con un especialista. Puede que exista alguna patología como el síndrome del colon irritable. En este caso, lo más adecuado podría ser poner en marcha una dieta baja en residuos y en fibras, ya que existen evidencias de que podría facilitar el manejo del problema.
Otra opción es que exista una alergia al elemento en cuestión. Si se llegase a desarrollar, podría ser preciso retirar por completo el aditivo de la pauta, ya que podría generar males mayores. Ahora bien, los síntomas suelen ser significativos cuando se inicia un proceso de este tipo.
Estabilizantes, aditivos alimentarios que mejoran la textura de los alimentos
Como has visto, los estabilizantes son una serie de compuestos que se engloban dentro del grupo de los aditivos y que se utilizan para conseguir una mejor textura y densidad de ciertos alimentos de origen industrial.
En líneas generales, conviene no abusar de este tipo de comestibles, ya que no siempre cuentan con una buena calidad desde el punto de vista nutricional. Siempre es mejor promocionar la presencia de alimentos frescos en la pauta, capaces de aportar vitaminas, minerales y compuestos antioxidantes.
Para terminar, hemos de destacar que los aditivos alimentarios no siempre son artificiales, sino que en muchas ocasiones se extraen de plantas o de elementos presentes en la naturaleza.
Esta siempre será una mejor alternativa, ya que el riesgo de experimentar efectos secundarios tras su consumo será mucho menor. También, será menos probable que se termine desarrollando un proceso de hipersensibilidad hacia los mismos, como las alergias o las intolerancias.