«No me imagino cómo puedes vivir sin amor», «ser romántico es lo que le da el condimento a una relación»… estas son algunas de las frases a las que se enfrenta a diario una persona arromántica.
En un mundo en el que el romanticismo está sobrevalorado, los arrománticos son catalogados de «fríos», «robots» o «caprichosos». ¿Esto es cierto? Por supuesto que no. Ser arromántico no tiene que ver ni con un capricho ni con ir en contra del sistema. Se trata de una orientación, tan válida como cualquier otra. Veamos.
¿Qué significa ser arromántico?
Las personas expertas en el tema mencionan que ser arromántico es una orientación, pero no referida a lo sexual, sino justamente en relación a una orientación romántica. No tiene que ver con renegar de regalar flores o de caminar de la mano a la luz de la luna. Esto puede ser un aspecto, pero no es lo esencial.
La persona arromántica es aquella que solo no tiene interés en hacerlo, no siente necesidad ni deseo por tener una relación romántica con otra u otras personas. No están motivados a establecer ese tipo de conexión o vínculo con otros.
Volviendo al ejemplo anterior, es importante tener en cuenta que el hecho de celebrar San Valentín o de regalar bombones es una construcción social y cultural que se usa para catalogar gestos como «románticos». Sin embargo, no tienen vínculo directo con el «arromanticismo».
Este cuenta con un espectro de opciones; entre ellas, las «demirrománticas», que se relacionan de manera romántica siempre que haya un vínculo previo, y las personas «arrománticas grises», que pueden llegar a sentir atracción si se presentan ciertas condiciones.
¿Arromántico y asexual es lo mismo?
No, no es lo mismo. Como comentamos, ambos términos son orientaciones, pero una es romántica y la otra es sexual. Una persona asexual no experimenta atracción sexual. En este punto, habrá que diferenciar de otras situaciones como la abstinencia. Esta última es una elección, mientras asexualidad no lo es. Simplemente no hay atracción sexual.
Desde el activismo, muchas personas reivindican ambos términos y enfatizan en que se les dé mayor visibilidad. Refieren que son «penalizados» socialmente solo por no interesarse en vivir una vida de comedia romántica o por no encajar en una sociedad que llaman «sexocéntrica».
Incluso, en el caso de la asexualidad, casi siempre deben hacer frente a comentarios patologizadores del tipo «seguro que habrá un medicamento para eso». El desorden del deseo sexual hipoactivo es una de las clasificaciones que «enferman» a la asexualidad.
Por último, en relación a la asexualidad, desde el año 2001 en la Red para la Educación y Visibilidad de la Asexualidad (AVEN) se trabaja por su visibilización positiva. Allí se puede encontrar información, experiencias y recursos.
¿Cómo es una relación arromántica?
Dependiendo del tipo de relación de que se trate, puede ser como cualquier otra. Por ejemplo, entre amigos puede ser de afecto, de cariño, de escucha o de complicidad. Ahora bien, eso no los convierte en románticos.
Es muy común escuchar que las personas arrománticas son así porque tienen problemas para socializar. Sin embargo, esto no es cierto. Un arromántico puede tener amigos y ser una persona divertida. Respecto a tener pareja o no, y a cómo será el tipo de relación, se establecen acuerdos con su partenaire.
Por otro lado, también existe el «squish», que es un tipo de enamoramiento sin romanticismo ni sexo. El deseo es el de tener una relación intensa con otra persona. Por ejemplo, cuando una persona arromántica siente una atracción afectiva más fuerte que la de una amistad.
Aclaraciones sobre las personas arrománticas
Está claro que, a la par que surge un concepto, también surge un mito asociado. A continuación, algunas aclaraciones basadas en las confusiones o creencias erróneas más comunes.
Ser arromántico no significa ser una persona fría
Suele pensarse que las personas arrománticas no experimentan sentimientos, que son «duros como una piedra», que no se conmueven con nada. Todo esto es incorrecto.
No tener interés en entablar una relación romántica no quiere decir que no puedan tener sentimientos o sentir amor por otras personas, por ejemplo sus amistades, amor entre hermanos, etcétera.
Evitar confundir ser arromántico con los mitos del amor romántico
Durante mucho tiempo, nos enseñaron que todas las personas tenemos una media naranja, que solo es posible sentir amor por una sola persona, que el amor todo lo puede, entre otras ideas más.
Estos son los llamados mitos del amor romántico que, en muchos casos, son los responsables de las frustraciones en las relaciones. Lo que sucede es que nos desenfoca de la idea de que el amor es un vínculo, algo que se construye en el día a día y que implica esfuerzo.
A través de estos mitos, se evalúa el amor en función del romanticismo, mientras que lo primordial en cualquier vínculo amoroso es el cuidado y respeto. Por lo tanto, cuando una pareja o una relación no encajan con ese ideal de «amor rosa», muchas personas empiezan a sentir malestar y solo juzgan a partir de la fantasía.
¿Puedes ser arromántico y que te gusten las historias de amor?
Sí, ambos casos no son incompatibles, ya que puede gustarte el género romántico en el entretenimiento. Además, ser arromántico significa que a ti no te interesa establecer una conexión romántica con alguien, pero eso no quiere decir que no puedas escuchar a tu amiga cuando te cuenta sobre la suya. Simplemente no te proyectas sobre dicha historia.
¿Una persona arromántica es así porque tiene traumas de la infancia?
Esto es absolutamente falso. No existe correlación entre una infancia feliz y el hecho de ser arromántico o no. Es una explicación basada en un mito, similar a aquella que se sostuvo durante un tiempo sobre la homosexualidad, de que las personas homosexuales habían sufrido abuso en su niñez.
Por una cuestión de respeto, hay que tener mucho cuidado con ese tipo de mitos, ya que son ofensivos y alientan la desinformación y a los prejuicios.
Además, valida solo una forma de amar o de sentir atracción hacia otras personas, cuando en realidad existen múltiples formas de vivir las relaciones, la sexualidad y el amor.
El arromanticismo existe y es natural
Desde toda una vida, nos hemos pasado escuchando explicaciones encorsetadas acerca de la mejor forma de amar, de tener relaciones, del sexo casual y no casual y de un sinfín de temas más.
Muchas de ellas al único puerto que nos llevaron fue al de la insatisfacción por no saber qué etiqueta usar, a la autopresión por una definición, a tratar de ajustarnos a parámetros normativos sobre las relaciones, entre otras.
Gay, lesbiana, bisexual, pansexual, asexual, arromántica, homorromántico, heterorromántico. Da igual; existen numerosas orientaciones sexoafectivas y todas ellas son igual de válidas y merecen respeto y lugar propio en la sociedad.
Ninguna molesta, ni hace daño. Lo primordial es el cuidado hacia las personas y permitirles su libertad de expresión. Si bien los conceptos, aquello que tiene nombre, ayuda a clarificar situaciones, estos no pueden funcionar como ataduras.
Quizás, en algunos aspectos, sea el momento de teorizar menos sobre qué eres y qué no eres, y dejar que algunos cosas fluyan un poco más, siempre que sea en un ámbito de claridad, respeto y responsabilidad afectiva entre las partes implicadas.