Es un hecho que las personas nos enfermamos más en invierno que en otras temporadas. Y un estudio reciente revela detalles inéditos al respecto.

Siempre se ha creído que cuando las temperaturas bajan, los virus como la gripe impactan más porque nos agrupamos en espacios interiores. Esto hace que, si alguno ya ha adquirido la enfermedad, se transmita con mayor facilidad entre los demás.

No obstante, lo que sugieren los investigadores del equipo del Massachusetts Eye and Ear Hospital y la Northeastern University, es que hay razones biológicas detrás del fenómeno. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

Las temporadas frías afectan la respuesta inmunitaria de la nariz

Los hallazgos del estudio que estamos citando apuntan a que enfermamos más en invierno porque las bajas temperaturas afectan de forma significativa la respuesta inmunitaria de la nariz. Cuando hay un virus, como el de la gripe, en el ambiente, sus partículas pueden ingresar a través de este órgano de dos maneras diferentes:

Por inhalación.

Por contacto directo.

La nariz es uno de los primeros puntos de contacto entre el mundo exterior y el interior del cuerpo.

~ Dr. Benjamin Bleier, coautor del estudio publicado en The Journal of Allergy and Clinical Immunology ~
Ya en 2018, el mismo Dr. Bleier y un equipo de científicos habían descubierto que, cuando las células de la parte frontal de la nariz detectan bacterias, liberan miles de millones de pequeños sacos con líquido. Conocidas como vesículas extracelulares (EV, por sus siglas en inglés), se mueven con rapidez hacia el moco para rodear y atacar a las bacterias, antes de que tengan la oportunidad de infectar.

Prácticamente, su función es matar las bacterias antes de que puedan infectarte y enfermarte. Fue este descubrimiento el que llevó al grupo de científicos a investigar más a fondo.

Esto llevó a nuestro equipo a analizar si esta misma respuesta ocurrió con algunos de los virus que causan infecciones comunes de las vías respiratorias superiores, como el resfriado común.

~ Dr. Bleier ~

La calidad de las EV disminuye con el frío

Con la hipótesis de que la respuesta inmunitaria nasal se ve comprometida con el frío, Bleier y su equipo empezaron una nueva investigación.

Para probar su planteo, expusieron los tejidos nasales a temperaturas de 39,9 grados Fahrenheit (4,4 grados centígrados). Descubrieron que esto conducía a una disminución de aproximadamente 9 grados Fahrenheit (5 grados centígrados) en la temperatura del tejido, afectando el sistema inmunitario. La gota redujo significativamente su respuesta inmunitaria innata.

El número de EV que lanzaron en estas condiciones se disminuyó en más del 40 % y su calidad se vio afectada. La respuesta reducida haría que el virus sea más capaz de adherirse a las células nasales.

Este es el primer estudio que considera una explicación biológica

Por muchos años, se ha considerado como una realidad que enfermamos más durante el invierno. No obstante, este estudio es el primero en abordar factores biológicos para explicar el por qué.

Bleier y su equipo consideran que sus hallazgos son muy significativos. Hasta donde ellos saben, este estudio es el primero en ofrecer una explicación biológica al fenómeno y sirve de base para entender y prevenir infecciones de las vías respiratorias superiores, como el resfriado, la gripe y la COVID-19.

Es decir, las personas no tuvieron que exponerse directamente a los virus. Las condiciones naturales del interior de la nariz fueron simuladas. Además, hubo variaciones de temperatura para observar mejor los cambios en la respuesta inmunitaria.

Por el momento, se esperan avances en la experimentación en voluntarios para ratificar con mayor fuerza la hipótesis planteada, si es que la respuesta resulta ser igual a la simulada. Sin embargo, ya se constituye como un gran avance en el control de las enfermedades respiratorias comunes del invierno.

A pesar de los avances, todavía las medidas preventivas contra la gripe siguen vigentes

De acuerdo con la Clínica Cleveland, la gripe o la influenza es una infección del sistema respiratorio superior que afecta la nariz, la boca, la garganta y los pulmones. Los síntomas varían en cada persona, pero hay algunos que son recurrentes:

Fiebre.
Estornudos.
Ojos llorosos.
Secreción nasal.
Dolor de cabeza.
Dolor en el cuerpo.
Fatiga y agotamiento.
Tos y dolor de garganta.
Escalofríos y sudoración.
Náuseas y pérdida del apetito.

La gripe no tiene una cura específica, pero hay disponibles una serie de medicamentos que alivian los síntomas.
Existe una vacuna que se aplica de forma preventiva contra la influenza, la cual viene en inyección o aerosol nasal. Su método es la exposición del cuerpo al virus atenuado para que el organismo desarrolle anticuerpos.

Además de aplicarse la vacuna y seguir el esquema médico propuesto, es fundamental lavarse las manos con frecuencia para la prevención. También es relevante comer sano, hacer ejercicio e hidratarse correctamente.