El desayuno es la comida más importante del día y no hay que saltársela bajo ningún concepto. Y es que, aunque no lo parezca, obviar esta comida puede tener consecuencias nefastas para la salud.
Solo hace falta echar un vistazo a los motivos que te presentamos a continuación para darse cuenta de ello rápidamente. No obstante, hay que tener en cuenta que las últimas investigaciones comienzan a ofrecer más flexibilidad al respecto, apostando por la implementación de protocolos de ayuno.
Desayunar te ayudará a controlar el peso
Saltarse una comida no es sinónimo de ser más delgado, sino todo lo contrario. Y es que si te saltas el desayuno sentirás mucha hambre a la hora del almuerzo y acabarás excediéndote con la ingesta de calorías, algo que no ocurrirá si has desayunado previamente.
Para conseguir incrementar aun más la sensación de saciedad, puedes probar a consumir un vaso de agua mineral antes del propio desayuno. Así se frena el apetito de un modo eficaz, según un estudio publicado en Clinical Nutrition Research.
El desayuno ayuda a combatir los problemas cardiovasculares
Algo tan sencillo como no saltarse el desayuno puede ayudar a disminuir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
Según una investigación realizada por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), las personas que no toman desayuno tienen 27% más posibilidades de sufrir un ataque cardíaco.
Saltarse esta comida conduce al desarrollo de enfermedades como obesidad, colesterol alto y diabetes, por lo que, al final, está relacionado también con los problemas de corazón.
El desayuno siempre ha de ser una de las tres comidas mínimas al día
Para mantener el equilibrio del cuerpo hay que hacer, al menos, tres comidas al día. Es aconsejable que el desayuno aporte un 20% de la ingesta calórica del día. La cena, por su parte, debe ser ligera y pobre en grasa.
Un buen desayuno debería incluir un lácteo, cereales o pan, fruta y algún alimento más proteico, como un embutido bajo en grasa, es decir, fiambre de pollo o pavo, por ejemplo.
No desayunar puede provocar estreñimiento
Saltarse el desayuno también puede estar relacionado, aunque no lo parezca, con el estreñimiento.
La primera comida del día es clave para poner en marcha al organismo, así como al tránsito intestinal. Para ello, se recomienda incluir alimentos con alto contenido en fibra, vitaminas y agua, como las frutas. Ten en cuenta que esta sustancia ha demostrado reducir los problemas relacionados con el estreñimiento.
Comenzar la jornada sin nada en el estómago también se relaciona con:
Menor capacidad de concentración y rendimiento intelectual.
Peor humor.
Sensación de cansancio.
Si no desayunas serás más propenso a sufrir gastritis
Al saltarte la primera comida del día los jugos gástricos del estómago no perciben alimento y empiezan a liberar ácidos. Así, se inflaman las paredes del estómago y empieza la gastritis.
Si no quieres acabar con problemas estomacales, mejor desayuna como es debido. Eso si, evita la bollería y los ultraprocesados, ya que estos productos son capaces de incrementar el riesgo de desarrollar gastritis.
Estarás más cansado
Saltarse el desayuno provocará que te sientas más cansado durante el día, ya que no proporcionarás al cuerpo la energía que necesita para afrontar la jornada.
Asimismo, el hecho de que la primera comida cuenta con alto contenido en fibra y con bajo contenido en carbohidratos te ayudarán también a mantenerte activo. Para sacar el máximo partido del desayuno intenta que se ajuste a estos parámetros.
El cuerpo puede entrar en el llamado letargo metabólico
El cuerpo necesita alimentos para que el metabolismo pueda funcionar.
De lo contrario, el organismo pasa a un estado de letargo, por el cual entras en lo que podría denominarse como “modo ahorro”.
Así, el cuerpo gasta el mínimo de energía y se reduce la quema de calorías en tus actividades diarias.
El metabolismo se ralentizará y esto puede acabar traduciéndose en un aumento de peso.
Por el contrario, si realizas un desayuno sano, conseguirás incrementar la producción de leptina, una hormona que reduce el apetito y ayuda a que el estómago se sienta más satisfecho.
Considera que es mejor desayunar para que el cuerpo pueda aguantar y no acabes dándote un atracón.
Perderás el equilibrio metabólico si te saltas el desayuno
Desayunar por las mañanas te ayuda a mantener un correcto equilibrio metabólico. De la misma forma, gracias al desayuno también mantendrás unos buenos niveles de azúcar en sangre.
Por esa razón se incrementa la eficacia del organismo a la hora de reducir el riesgo de padecer enfermedades, tales como la diabetes tipo II o la gastritis, como te adelantábamos.
Más difícil mantener la concentración
Con hambre es imposible mantener la concentración. Además, en el caso de que estés en época de exámenes, saltarse una comida tan necesaria y fundamental como es el desayuno provocará problemas de atención, te sentirás fatigado y sin energía.
Mejor opta por un desayuno sano y equilibrado que no te hará subir de peso, pero sí que te aportará los nutrientes necesarios para empezar el día con energía y ganas. Lo notarás.