Desde hace algunos años, el movimiento feminista ha avanzado con rapidez por todo México, comenzando del centro del país y extendiéndose a los demás estados del norte y el sur, convirtiendo a los casos de mujeres violentadas o víctimas de feminicidio en los estandartes de la lucha.

La ‘ola morada’, en la que miles de mujeres exigen justicia y un alto a la impunidad ha logrado diversos cambios en las leyes y la forma en que incluso las mismas féminas observan este movimiento, y aunque el camino ha sido largo y algo lento, se han cruzado casos severamente grandes que le dan significado.

Uno de los más populares es el caso de Ingrid Escamila, una joven de 25 años que fue asesinada por su pareja el 9 de febrero del 2020 en la alcaldía Gustavo A. Madero en la Ciudad de México.

Erick Francisco, su agresor, la asesinó luego de una discusión, desmembró su cuerpo y arrojó sus órganos internos por una coladera, mientras que el resto de su cuerpo desfigurado fue encontrado al interior de su domicilio.

Aunque Erick fue detenido de manera inmediata, el feminicidio de Ingrid tomó un giro injusto cuando medios nacionales, noticieros y páginas en redes sociales comenzaron a difundir las fotografías de su cuerpo desollado, originando la indignación de México y diversas protestas en la capital del país.

En 2022, Ingrid revolucionó las leyes, aprobándose la Ley Ingrid que impone hasta 10 años de prisión tanto a funcionarios públicos como a ciudadanos que difundan, fotografíen, copien, publiquen imágenes, videos, audio, documentos o evidencia de una investigación penal o información relacionada con una víctima.

Aparte de Ingrid, también se encuentra Olimpia. Una mujer del estado de Puebla que fue víctima de violencia digital cuando su ex novio, a manera de venganza, difundió sin su consentimiento un video sexual en donde participaba Olimpia.

Luego de esto, asistió a interponer una denuncia en su contra, pero para su sorpresa, esta acción no estaba tipificada como un delito y su petición no procedió. Ahí comenzó la lucha.

En 2014 se propuso la iniciativa en el Congreso de Puebla, pero tardó 7 años en poderse hacer una realidad.

Fue hasta el mes de abril del 2021 que se aprobó a nivel federal la Ley Olimpia, misma que castiga con 3 y hasta 6 años de cárcel a quien difunda contenido íntimo o sexual sin el consentimiento de la persona involucrada y por cualquier medio.

Marifer, Debanhi y Yolanda, el siguiente símbolo.
Aunque Nuevo León nunca ha sido ajeno a los problemas en materia de violencia contra la mujer, feminicidios, trata de blanca y demás, es hasta ahora que se han vuelto más visibles gracias a la presión que ha ejercido la ciudadanía, el movimiento feminista, familiares de las víctimas y demás.

En menos de dos meses, tres mujeres con diferentes perfiles han sido víctimas de desaparición forzada en la entidad, apareciendo días después sin vida y dejando a la vista cierta deficiencia en el sistema de gobierno y autoritario del Estado, incluso, en el manejo de la información del mismo.

Maria Fernanda Contreras Ruiz, fue una mujer de 27 años que desapareció el 4 de abril en el municipio de Monterrey, y justo el mismo día del reporte de su desaparición, la familia comenzó a difundir su ficha de búsqueda en redes sociales.

Una semana después, se localizó su cuerpo en el municipio de Apodaca, en un domicilio que según datos de la propia familia, habrían proporcionado a la Fsicalía General del Estado (FGR) como la última ubicación de su teléfono desde el segundo día de su desaparición.

Luego de Marifer, se comenzó a viralizar el caso de Debanhi Escobar, una joven de 18 años que asistió a una fiesta en el municipio de Escobedo y desapareció el 9 de abril en la colonia Nueva Castilla.

De igual manera que el caso de Marifer, la familia organizó grupos de búsqueda por toda la zona de la quinta en donde se le vio por última vez, e incluso lograron captar la atención del gobernador del estado Samuel García quien se reportó con ellos en el primer día de búsqueda.

Posteriormente, se ventiló una fotografía de la joven sobre la carretera a Laredo y frente al motel Nueva Castilla, mismo que fue cateado y asegurado por las autoridades como parte de la investigación, sin obtener resultados concisos.

13 días después, u luego de haber buscado en ese lugar, Debanhi fue localizada en una de las cisternas del motel, misma que según la Fiscalía no se había inspeccionado antes debido a que desconocían de la existencia de la misma.

Inmediatamente se confirmó se trataba de ella, tanto su padre Mario escobar como las redes comenzaron a poner en duda la veracidad de actuar de la autoridad, y sacaron a la luz diversas irregularidades en el caso.

Antes de Debanhi y de María Fernanda, el 31 de marzo desapareció Yolanda Martinez Cadena, una mujer de 26 años que salió de su casa en el municipio de San Nicolás en búsqueda de trabajo y no volvió.

El padre de Yolanda, Don Gerardo Martínez, se presentó como un hombre humilde y de pocos recuros que no contaba con el apoyo de una red social para dar a concoer el caso de su hija, y por ello, comenzó a realizar la búsqueda por su propio pie.

Luego de encontrar el cuerpo de Debanhi y a un mes de la desaparición de Yolanda, le caso tomó fuerza y cientos de personas se sumaron a la búsqueda de Don Gerardo, mismo que encontraría a su hija el pasado fin de semana en un lote baldío del municipio de Juárez, a pocos kilómetros de su vivienda.

Estas tres mujeres, le valieron a Nuevo León al menos 4 manifestaciones distintas, sin contar la marcha nacional del 8 de marzo, la destitución de dos funcionarios de la Fiscalía e incluso, la quema de las puertas del Palacio de Gobierno.

Recientemente, el gobernador del estado Samuel García señaló que se analizaba crear el ‘Protocolo Debanhi’, mismo que habría propuesto la familia de la joven fallecida en honor a su hija, y buscando agilizar y hacer más transparentes las investigaciones y las búsquedas de las mujeres desaparecidas.

Aunque este protocolo no se ha aprobado, el caso de Debanhi llegó a medios internacionales como The New York Times, y creó despliegues feministas en países como Colombia, Ecuador, Argentina e incluso España, según se compartió en las redes oficiales de la joven.

Los tres casos de desaparición, dejaron ver que en el norte del país este problema había sido minimizado, e incluso, la deficiente labor de las autoridades al tratar los temas.

Actualmente, Nuevo León es el estado en el que se reportan más mujeres desaparecidas en todo el país, sumando que está entre el top 5 de entidades con más trata de blancas, y 42 feminicidios en lo que va del 2022.