De él se habla mucho tanto para bien como para mal. De hecho, puede tener algunos efectos secundarios negativos, independientemente de si se bebe con el estómago vacío o no. Por ejemplo, la cafeína puede ser adictiva y la genética de algunas personas puede hacerlas particularmente sensibles a ella.
Esto se debe a que su ingesta regular puede alterar la química del cerebro, lo que requiere cantidades progresivamente mayores de cafeína para producir los mismos efectos, como constata un estudio de ‘Journal of Caffeine Research’.
Beber cantidades excesivas puede provocar ansiedad, inquietud, palpitaciones cardiacas y ataques de pánico empeorados. Incluso puede causar dolores de cabeza, migrañas y presión arterial alta en algunas personas. Por esta razón, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que se debe limitar el consumo de cafeína a alrededor de 400 mg por día, el equivalente a 4 o 5 tazas (0,95 a 1,12 litros) de café, según la EFSA.
“Beber cantidades excesivas puede provocar ansiedad, inquietud, palpitaciones cardiacas, dolores de cabeza, migrañas y presión arterial alta en algunas personas”
Dado que sus efectos pueden durar hasta 7 horas en adultos, el café también puede interrumpir el sueño, especialmente si se bebe al final del día. Finalmente, la cafeína puede atravesar fácilmente la placenta y sus efectos pueden durar hasta 16 horas más de lo habitual en mujeres embarazadas y sus bebés. Por lo tanto, se alienta a las gestantes a limitar su consumo a 1 o 2 tazas (240 a 480 ml) por día.
Con el estómago vacío
Hay que tener en cuenta primero que beber café con el estómago vacío no parece afectar la fuerza o frecuencia de estos efectos. El café es una bebida tan popular que sus niveles de consumo son superados solo por el agua en algunos países. Además de ayudar a sentirse menos cansado y más alerta, la cafeína puede mejorar el estado de ánimo, la función cerebral y el rendimiento en el ejercicio. También puede impulsar la pérdida de peso y proteger contra enfermedades como la diabetes tipo 2, el alzhéimer y las enfermedades cardiacas. Muchas personas disfrutan tomando café a primera hora de la mañana. Sin embargo, algunas afirman que tomarlo con el estómago vacío puede dañar su salud.
¿Causa problemas digestivos? La investigación muestra que el amargor del café puede estimular la producción de ácido estomacal. Como tal, muchas personas creen que el café irrita el estómago, empeora los síntomas de los trastornos intestinales como el síndrome del intestino irritable (SII) y causa acidez estomacal, úlceras, náuseas, reflujo ácido e indigestión.
“Una proporción de personas son extremadamente sensibles a él y experimentan regularmente acidez estomacal, vómitos o indigestión”
Algunos estudios sugieren que beber una taza de café en ayunas es particularmente dañino, ya que no hay ningún otro alimento presente para evitar que el ácido dañe el revestimiento del estómago. Sin embargo, la investigación no logra encontrar un vínculo sólido entre el café y los problemas digestivos, independientemente de si se bebe sin haber comido nada. Si bien una pequeña proporción de personas son extremadamente sensibles a él y experimentan regularmente acidez estomacal, vómitos o indigestión, la frecuencia y la gravedad de estos síntomas se mantienen constantes, independientemente de si lo beben con el estómago vacío o con alimentos, como constata ‘Digestive Diseases of Science’.
Aun así, es importante prestar atención a cómo responde el cuerpo. Si experimenta problemas digestivos después de beber café con el estómago vacío pero no cuando se bebe con una comida, hay que considerar el ajuste del consumo en consecuencia.
¿Eleva los niveles de la hormona del estrés?
Otro argumento común es que beber café con el estómago vacío puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés. El cortisol se produce por las glándulas suprarrenales y ayuda a regular el metabolismo, la presión arterial y los niveles de azúcar en la sangre. Sin embargo, los niveles excesivos crónicos pueden desencadenar problemas de salud, como pérdida ósea, presión arterial alta, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas