Algo mejor que un delicioso puré de papa es un puré de papa con gravy (¡sí, como el famoso de KFC que, aceptémoslo, puede ser muy bueno!). Bien, acá te dejamos la receta y algunos tips muy valiosos para que hagas gravy para el puré de papa. ¡Es perfecto para la cena de Navidad!

Cómo hacer gravy para el puré de papa

Primero, aclaremos los puntos básicos que hacen el mejor gravy:

1) Necesitas un caldo concentrado y profundo. Puede ser de pavo, de pollo, de res o una mezcla. Si piensas hacer pavo al horno, puedes hacer el gravy con los jugos del pavo que se suelten mientras se rostiza en el horno. Si no, puedes hacer un caldo aparte o comprar uno hecho.

2) Necesitamos un agente espesante para lograr la consistencia espesa, densa y casi caramelizada que hace tan rico al gravy. Nosotras recomendamos que utilices beurre manié –una preparación sencillísima de mantequilla con harina–, aunque también puedes usar fécula de maíz. Sólo asegúrate de cocinarla muy bien para que no sepa a harina cruda.

3) Los hongos cremini o shiitake aportan mucho umami –uno de los sabores básicos, que está relacionado con lo delicioso– y son clave en el intenso sabor de este gravy para el puré de papa. ¡No los omitas! Ahora sí, vamos a la receta.

Costo: medio
Complejidad: fácil
Tiempo total de preparación: 2 horas
Ingredientes

1 kilo de alitas de pollo (o pavo)
4 cucharadas de aceite de oliva extra virgen, divididas en dos partes iguales
1 cabeza de ajo
1 cebolla, en cuartos
1 pieza pequeña de jengibre
120 gramos de hongos cremini o shiitake
6 cucharadas de harina
4 cucharadas de mantequilla, a temperatura ambiente
½ taza de vino tinto
1 ramo de perejil fresco
6 tazas de caldo de pollo o pavo tibio
2 cucharaditas de vinagre de vino tinto
Sal y pimienta al gusto
Procedimiento

Calienta el horno a 200ºC.
Adereza las alitas de pollo o pavo con dos cucharadas de aceite de oliva y hornéalas a 200ºC durante 25 minutos en una sartén de hierro forjado.
Pasados los 25 minutos, saca las alitas del horno, agrega el ajo, la cebolla, el jengibre y los hongos. Adereza con otras dos cucharadas de aceite de oliva y regresa al horno. Deja que todo se rostice durante 30 minutos o hasta que todo luzca dorado y bonito.
Aparte, mezcla mantequilla con harina hasta que se forme una masa suave. Puedes hacerlo con un tenedor o con las manos. Esta preparación se llama beurre manié y nos servirá para espesar el gravy.
Cuando las alitas ya estén rostizadas, saca la sartén del horno, ponla a fuego alto y añade el vino tinto. Con una cuchara de madera, remueve las partes doradas que se pegaron a la sartén y deja que se cocine por dos minutos. Luego pasa todo el contenido de la sartén a una olla más grande y ponla a fuego alto.
Añade el perejil y el caldo y deja que suelte hervor. Luego baja el fuego al mínimo y deja que el gravy se cocine a fuego lento durante 30 ó 40 minutos o hasta que reduzca su tamaño a la mitad y agarre una consistencia más densa. Procura retirar la espuma que se formará en la superficie mientras el gravy se cocina.
Cuela el gravy y desecha todos los sólidos. Lava la olla y regresa el gravy a fuego lento. Agrega la beurre manié y bate con un globo hasta que se incorpore perfectamente al gravy.
Cocina a fuego lento, revolviendo con frecuencia y quitando la espuma de la superficie, hasta que la salsa esté lo suficientemente espesa como para cubrir la cuchara.
Retira del fuego, agrega el vinagre y sazona al gusto con sal y pimienta.
¡Está listo! Sirve sobre el puré de papa y disfruta.