La mayoría de ejercicios, más allá de la posibilidad que ofrecen de ejercitar diferentes grupos musculares, tienen derivaciones favorables para la salud mental. Sin embargo, se trata de una ramificación y no del objetivo central de las actividades. Por ende, y como un recurso válido centralizado en el bienestar psicológico, el fitness mental asume el protagonismo.

El fitness mental tiene como finalidad el mejoramiento de la calidad de vida que tiende a reducirse con el paso de los años. De esta forma, la orientación inicial apuntaba hacia las personas de edad avanzada. No obstante, puede ser empleado en cualquier rango de edad, debido a que permite anticiparse a las afectaciones de la vejez.

¿Qué es el fitness mental y cuál es su importancia?

El fitness mental es un entrenamiento que ubica en el mismo lugar de importancia a la mente y al cuerpo. Esto se consigue con intervalos de actividades para uno y otro caso.

En cuanto a las actividades dirigidas al desarrollo y a la estimulación cognitiva que podemos encontrar, están los cálculos, las dinámicas de memoria, el oír música, las prácticas de atención, los juegos y más.

A su vez, el crédito sobre la creación de esta modalidad fitness va dirigido a Fer González —entrenadora del gimnasio Arsenal de Madrid— que utilizó sus experiencias personales con adultos mayores para ofrecer una alternativa que redujera las consecuencias de la inactividad pensante.

La importancia del fitness mental se encuentra en la mejora de la capacidad cerebral, ya que si las funciones de memorizar, improvisar y solucionar problemas se dejan de lado, las probabilidades de padecer alzhéimer aumentan. Asimismo, el avance acelerado de la tecnología ha facilitado las cosas, pero también ha limitado la necesidad de análisis por estar todo automatizado.

Ejercicios de fitness mental

Los ejercicios de fitness mental son actividades sencillas, pero orientadas de la manera correcta para que creen el efecto deseado en las funciones cognitivas. Por tanto, entrenar el pensamiento e incluir buenos hábitos está dentro del camino para conquistar el bienestar.

Estudio permanente

Cuando se llega a cierta edad, la tendencia de pensamiento es que se ha aprendido lo suficiente. Esta actitud es contraproducente para las funciones del cerebro, debido a que se van perdiendo capacidades.

En definitiva, el ejercicio que se debe practicar es el estudio de nuevos temas y la implicación en áreas totalmente desconocidas, de manera que el razonamiento, la interpretación y la memoria se favorezcan. En tal sentido, el aprendizaje lleva a que la comunicación de redes neuronales mejore.

Trabaja la memoria

Como mencionamos antes, la tecnología ha hecho que nos ubiquemos en una zona de confort riesgosa para el cerebro, pues no es necesario recordar ni analizar en demasía. Por tal motivo, otro de los ejercicios de fitness mental va dirigido hacia la memoria.

La mejor forma de trabajar la memoria es tomándonos el tiempo suficiente para buscar en el cerebro la información que requerimos y no optar por la inmediatez de internet. Esto crea un hábito que activa al lóbulo frontal.

Integración social

La actividad social es algo que puede llegar a dilapidarse con la edad, puesto que la rutina se apodera de los días, lo que limita el intercambio recurrente de opiniones con el entorno.

En ese orden de ideas, la estimulación del cerebro por medio de conversaciones sobre temas de actualidad e incluso desde la transmisión de conocimientos hacia otros individuos, le permite a la mente trabajar sin grandes intervalos de inactividad.

Utiliza el silencio a favor

Que se necesite interacción social no quiere decir que los instantes de silencio dejen de ser relevantes. La importancia de evitar el ruido (en algunos casos) está en que existen funciones cerebrales que se benefician con el mutismo.

Por consiguiente, alternar la actividad sonora con el silencio de forma equilibrada es la mejor forma de proceder.

Juega y razona

Jugar es una iniciativa que une el entretenimiento y el razonamiento, de manera que le hace bien a las funciones cognitivas sin que se distinga como un esfuerzo mayor. Claro que no todos los juegos tienen el mismo potencial para desarrollar el bienestar mental.

Los que mejor respuesta evidencian son el sudoku, el crucigrama, la memoria, los laberintos, el cubo de Rubik y el ajedrez. Con la práctica continua de estos juegos, la velocidad mental y la memoria estarán en buen estado.

Haz deporte y ejercicios

Los deportes no pueden quedar fuera de los ejercicios del fitness mental. ¿Por qué no? Debido a la oxigenación del cerebro que propician, promueven una mayor lucidez en la toma de decisiones rápidas, junto a un mejor rendimiento de la memoria.

Sesión completa de fitness mental

Así como se pueden realizar entrenamientos aislados, también es viable aplicar una sesión completa que alterne las recomendaciones antes mencionadas y los ejercicios preferentes hacia los músculos.

La secuencia que se debe efectuar es la siguiente:

Destinar 5 minutos a la realización de estiramientos estáticos y dinámicos, con cada ejecución de 30 segundos.
Hacer entre 5 y 10 minutos de ejercicios aeróbicos: correr, caminar, bailar.
Practicar ejercicios de estimulación cognitiva durante 10 minutos.
Ejecutar entre 5 y 10 minutos de movimientos que potencien el equilibrio. Puede considerarse el yoga y el taichí.
Realizar una nueva ronda de estimulación cognitiva dirigida a trabajar la memoria, por un lapso de 10 minutos.
Aplicar 5 o 10 minutos de ejercicios de fuerza. Son admitidos los balones medicinales y las mancuernas.
Emplear 10 minutos finales de estimulación cognitiva con juegos y música clásica de fondo para incrementar la relajación.

Reservar 5 minutos de estiramientos.

¿Qué recordar sobre el fitness mental?

La mente y el cuerpo requieren ejercitarse a la par, con el fin de contrarrestar el desgaste natural de las funciones. En ningún rango de edad es demasiado tarde para recurrir al fitness mental ni muy pronto para iniciar las actividades preventivas.

Se recomienda acceder a rutinas con las que exista comodidad en todo sentido, ya que la fatiga y las lesiones musculares no son el objetivo. En consecuencia, el fitness mental ofrece la posibilidad de adaptar las rutinas a los requerimientos individuales.