Así, mientras que algunos alimentos facilitan la aparición de caries, otros aportan nutrientes que ayudan a mantener la salud bucodental y prevenir la aparición de estas dolencias.

Bien sabido es que el calcio es un componente clave en la prevención de caries, especialmente para los niños en crecimiento. Este mineral refuerza la estructura dental, haciéndola más resistente a las bacterias que causan caries. Los lácteos, como el queso, la leche y el yogur, son excelentes fuentes de calcio.

Para quienes son intolerantes a la lactosa o siguen una dieta vegana, hay alternativas como el brócoli, las almendras y las bebidas vegetales enriquecidas con calcio. Según los especialistas, es fundamental incluir estas fuentes de calcio en la dieta diaria para proteger la salud de los dientes.

Asimismo, los granos integrales son una opción excelente para mantener dientes sanos y fuertes. A diferencia de los carbohidratos refinados, que pueden adherirse a los dientes y aumentar el riesgo de caries, los granos integrales son menos procesados y su consumo está relacionado con una menor incidencia de caries, ya que tienen un efecto más bajo en los niveles de azúcar en sangre.

Al igual que lo son para la salud en general, las proteínas son fundamentales para la salud de los dientes y encías, ya que son esenciales para la reparación y crecimiento de los tejidos. En ese sentido, no deben faltar en la dieta las carnes magras, el pescado, los huevos y las legumbres, todas excelentes fuentes de proteínas de alta calidad que, además, contienen fósforo, otro mineral clave para la salud dental.

Por último, algunos alimentos poseen propiedades antibacterianas que pueden ser útiles en la prevención de caries. Por ejemplo, el té verde y el té negro contienen compuestos que pueden inhibir las bacterias responsables de las caries, mientras que el chicle sin azúcar con xilitol ayuda a disminuir los niveles bacterianos en la boca.