El individualismo es una postura filosófica que defiende la superioridad del individuo frente al colectivo. En este sentido, promueve el libre ejercicio de los objetivos y deseos de la persona. Asimismo, se opone a las intervenciones extremas —sean sociales, estatales o de cualquier otra institución— en el ámbito personal.

Al ser la persona el centro de esta postura, los derechos humanos y la libertad son sus ejes principales. También se opone a la perspectiva colectivista, que defiende la superioridad del colectivo frente al individuo. Dicho esto, veamos los aspectos más destacados de esta postura y en qué sociedades se ha aplicado.

Origen del individualismo

Las primeras ideas del individualismo se remontan a la Antigua Grecia, específicamente en la escuela cínica, que defendía la total libertad de la persona, mediante el desprendimiento de bienes materiales, la sátira y la toma de decisiones según el propio ser.

Posterior a esto, en la Edad Media, surge el concepto de alma humana y la salvación individual. Sin embargo, esta idea cristiana de individualismo fue modificada de manera drástica en la Revolución Industrial al colocar la ganancia y la riqueza individual en el centro de esta perspectiva.

Luego, en el siglo XIX surgieron ideas individualistas contra el colectivismo desarrollado por la Revolución Francesa. En este caso, autores como John Stuart Mill defendían el reconocimiento de derechos individuales (como libertad de expresión y de la propiedad privada) con el fin de evitar la tiranía del Estado.

Del mismo modo, entre los siglos XIX y XX, se produjo el gran enfrentamiento entre movimientos colectivistas inspirados por Karl Marx (como el socialismo y comunismo) y las posturas individualistas liberales, basadas en los ideales de Adam Smith y otros autores.

Principales características

Para comprender mejor en qué consiste el individualismo hoy en día, a continuación mostramos las características esenciales de esta postura.

Defiende la primacía del individuo sobre el grupo o colectivo. Por tanto, cada persona es sujeto de derecho y debe protegerse de las violaciones que pueda producirle el grupo. Por ejemplo, la violación a la propia privada y a la libertad de pensamiento.

Está presente en una variedad de ideologías, como el liberalismo, el existencialismo y el anarquismo individualista.

Es opuesto al colectivismo y, por ende, a las ideologías colectivistas como el socialismo, el comunismo y el fascismo.

Entre sus principios centrales se encuentra la libertad y la autorrealización.

Por tanto, defiende la provisión de derechos y libertades, así como la inviolabilidad de éstos.

Otras acepciones del individualismo

El individualismo también se ha asociado con intereses y estilos de vida artísticos y bohemios. En estos casos, se defiende la autocreación y la experimentación personal que se oponen a las tradiciones o convenciones sociales.

Por su parte, en el lenguaje cotidiano y popular, el término suele emplearse de forma peyorativa, asociándose a menudo al consumismo. También se utiliza como sinónimo de egocentrismo, narcisismo, egoísmo y demás conductas en donde se coloca el deseo y la opinión individual por encima del grupo.

Ahora bien, en las ciencias sociales existe un método llamado «individualismo metodológico», que sostiene que todos los fenómenos sociales son explicables por las propiedades de las personas, como por ejemplo sus metas, sus creencias y sus acciones.

En este sentido, el individualismo metodológico niega que el colectivo sea un organismo autónomo que toma decisiones, y exige que las ciencias sociales fundamenten sus teorías en la acción individual.

Por último, el individualismo económico defiende que a cada individuo se le debe garantizar la autonomía para tomar sus propias decisiones económicas, en contraposición a aquellas que toma el estado, la comunidad o cualquier otra organización.

Individualismo en la actualidad

En la sociedad contemporánea, hemos visto como se debaten de manera constante las ideologías colectivistas e individualistas. Sin embrago, a finales del siglo XX e inicios del XXI se evidenció una marcada tendencia al individualismo a nivel global.

Esto en especial después de la caída de sistemas comunistas en Europa, la reunificación de Alemania y la apertura de China a los mercados globales. No obstante, los proyectos colectivistas tienden a reaparecer, como ocurre constantemente en América Latina.

Un claro ejemplo son los gobiernos progresistas y populistas, como es el caso de Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador, entre otros. Dicho esto, cabe mencionar las diferencias económicas que se establecen entre las naciones individualistas y colectivistas.

Es decir, existe una fuerte relación entre el desarrollo económico y el individualismo. Por ejemplo, a nivel mundial, vemos como las regiones económicamente desarrolladas tienen culturas más individualistas. Tal es el caso de Europa occidental, Australia, América del Norte y Japón.

Entre tanto, las regiones en desarrollo, como Oriente Medio, el Norte de África y América Latina, poseen culturas más colectivistas.

Reflexiones finales

En suma, el individualismo promueve la independencia y la autonomía; mientras que el colectivismo defiende la interdependencia entre las personas y el grupo al que pertenecen, ya que las necesidades del colectivo se consideran más importantes que las del individuo.

Al respecto, es necesario analizar cuáles son las bondades y las desventajas de cada postura. Lo ideal sería establecer un punto medio entre ambas.