Nada más agradable que un café para despertar. La cafeína no solo aumenta la energía, sino que también favorece la concentración y la memoria para el trabajo y el estudio. Sin embargo, con los niños hay que tener mucho cuidado cuando de cafeína se trata.
El interés de algunos especialistas sobre el consumo de cafeína en niños es porque los consideran una población vulnerable, ya que están en pleno crecimiento y desarrollo. Así que es importante mantener una vigilancia sobre los alimentos que ingieren y los efectos que producen en su organismo.
¿Cuáles son los efectos de la cafeína en los niños? Aún existen controversias, pero la ciencia tiene algo para decir.
¿Qué es la cafeína?
La cafeína es un componente químico que se encuentra de forma natural en ciertos vegetales, como los granos de café, el cacao, las hojas de té, la guaraná y la nuez de cola. Se le conoce también como teína, guaranina o mateína.
Esta se consume desde hace mucho tiempo, cuando se descubrió el café como bebida en el siglo IX. Se considera el psicoestimulante más consumido y el más aceptado desde el punto de vista social en todo el mundo.
Se sabe que el consumo de cafeína estimula el sistema nervioso central y, a dosis reducidas, las personas se sienten en alerta y con más energía. Las cantidades recomendadas con beneficios a la salud en adultos oscilan de bajas a moderadas, entre 100 a 300 miligramos al día.
Por ejemplo, se ha observado que estas dosis pueden reducir el riesgo de diabetes tipo 2 y de enfermedad cardiovascular, así como favorecer la pérdida de peso. Es posible que prevengan el cáncer colorrectal, aunque esto último es discutible.
Sin embargo, los efectos en la población infantil aún están en investigación.
La cafeína se añade a una gran variedad de alimentos, como los pasteles, los helados, los dulces y las bebidas de cola, incluyendo las energéticas. Por eso es importante que se registre en la etiqueta del producto y no pase desapercibida.
¿Cuánta cafeína aportan los alimentos?
La European Food Safety Authority (EFSA) estableció el aporte de cafeína de diferentes productos alimenticios. Los valores están expresados en miligramos (mg) de cafeína por cada porción:
Una taza de café filtrado de 200 mililitros: 90 mg.
Una lata de bebida energética de 250 mililitros: 80 mg.
Un expreso de 60 mililitros: 80 mg.
Una taza de té de 220 mililitros: 50 mg.
Una lata normal de bebida de cola de 355 mililitros: 40 mg.
Una tableta de chocolate negro de 50 gramos: 20 mg.
Una tableta de chocolate con leche de 50 gramos: 10 mg.
Otros alimentos que la contienen son el yogur y los helados que se mezclan con cacao o café. En el caso del cacao, entre más puro, más cafeína. Cuando se mezcla con azúcar, este se diluye y tiende a aportar menos.
Algunos suplementos que se usan para los entrenamientos también pueden tener cafeína. Por eso es importante que los adolescentes consulten a sus instructores o profesionales de salud al respecto.
Por otra parte, la fuente más reconocida de cafeína, que es el café, no siempre aporta lo mismo. Según International Coffee Organization, la proporción de este estimulante varía dependiendo del origen del grano, de la composición de la mezcla y del método de preparación.
El café instantáneo contiene menos cafeína, pero es posible que el volumen que se use sea mayor. En general, los valores oscilan entre 80 y 115 miligramos de cafeína en una taza de 5 onzas de café.
Efectos de la cafeína en los niños
El inicio del contacto de los niños con la cafeína puede ocurrir desde el mismo momento de la concepción, a través de la placenta. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han establecido que 3 de cada 4 niños consumen cafeína en forma de alimentos sólidos o bebidas. Siendo las más frecuentes las gaseosas o bebidas de cola, seguidas de las barras de chocolate y las bebidas energéticas.
Afecta el sueño
Se ha encontrado en estudios observacionales que niños de 5 a 15 años que han ingerido de 1 a 5 latas de refrescos de cola al día, equivalentes a 50-250 miligramos de cafeína, presentaron alteraciones en el ciclo del sueño.
Calamaro también explicó que la cafeína puede retrasar desde 4 a 15 minutos el tiempo total del ciclo del sueño por la noche en los niños. Otros científicos relacionan la cafeína con trastornos del sueño, como el insomnio.
Puede alterar el estado de ánimo
Es posible que la cafeína provoque en los niños estrés y ansiedad. El estado de alerta que les genera no les permite reconocer el cansancio natural después de una actividad.
En este sentido, un estudio realizado en estudiantes entre 11 a 17 años reveló que la cafeína aumenta el riesgo de ansiedad y depresión, mientras que no afecta el estrés. Por otra parte, Luebbe y Bell observaron que un grupo de niños que consumían 15,24 mg/kg de cafeína 3 o 4 veces a la semana demostraban ser más emocionales y depresivos en comparación con un grupo de adolescentes que no ingerían cafeína.
Otros expertos confirmaron que los niños con depresión consumen más cafeína porque reducen los síntomas negativos relacionados con ese trastorno.
Afecta algunas funciones cognitivas
En un trabajo se estudió la relación entre la ingesta de cafeína y las funciones cognitivas en la infancia. Más de 11 000 niños entre 9 y 10 años de edad tenían una ingesta promedio de 13 miligramos de cafeína al día. Se observó que aquellos que aumentaron su ingesta presentaron los puntajes más bajos en pruebas cognitivas.
Las funciones cognitivas más afectadas fueron la memoria episódica y de trabajo, la comprensión de vocabulario, la flexibilidad cognitiva y la velocidad para procesar la información. Algunos autores han encontrado que el consumo de bebidas a base de cola en niños incrementan la aparición de síntomas del trastorno de atención con hiperactividad, conocido como TDAH.
Otras alteraciones secundarias
La cafeína también puede producir náuseas y falta de apetito. Hay que evitar que esta situación afecte el correcto crecimiento y desarrollo.
Además, cuando se les omite la cafeína, se pueden producir dolores de cabeza, ya que el efecto responde como un reflejo o una abstinencia del sistema nervioso central.
Efectos positivos a bajas dosis
Un equipo de investigadores midió la ingesta de distintas dosis de cafeína sobre el ejercicio anaeróbico de niños entre 8 a 10 años. Encontró que las dosis bajas de cafeína no afectan ningún parámetro, pero el resto de las dosis aumentan la fuerza y el rendimiento físico.
Por otra parte, se ha estudiado la cafeína como un agente terapéutico de primera línea en alteraciones de la dinámica cerebral o respiratoria. Se ha informado que el tratamiento de los trastornos respiratorios con cafeína es efectivo.
Dosis de cafeína recomendada en los niños
Así como en los adultos, las dosis de cafeína recomendadas difieren entre las sugerencias que se hacen para los niños. Algunas guías de consumo en Canadá postulan que los menores de 12 años no sobrepasen los 85 miligramos de cafeína al día.
Mientras que en otro estudio se limitó la sugerencia a 2,5 miligramos de cafeína por kilo de peso por día. Por encima de esta cantidad sería ya un tóxico en la infancia.
¿Qué hacer para reducir el consumo de cafeína oculta?
Es fácil reconocer las principales fuentes de cafeína. El café, el té, el chocolate y, sobre todo, las bebidas de cola, aportan altos valores de cafeína en los niños. Así que, de ser necesario, se debe disminuir la frecuencia de su consumo en la dieta habitual.
Por otra parte, en aquellos productos en los que la cafeína está oculta, porque forma parte de la formulación, se recomienda revisar bien la etiqueta. En caso de alguna duda, consultar a un profesional de la salud para establecer la omisión o las cantidades máximas.