“Si bien el COVID-19 y la influenza son virus respiratorios graves, parecían afectar el tejido cardíaco de manera muy diferente”, declaró Arutha Kulasinghe, científica del Instituto UQ Diamantina de la Universidad de Queensland, en Australia.
El estudio lo publicaron en la revista científica Immunology, donde comparan los efectos relacionados al corazón entre distintas enfermedades, específicamente mencionaron el contraste entre el coronavirus causante de COVID-19 y la epidemia de influenza A(H1N1) del 2009.
“En comparación con la pandemia de gripe de 2009, la enfermedad COVID-19 ha provocado problemas cardiovasculares más graves y prolongados, pero no se sabía qué era exactamente lo que los estaba causando a nivel molecular”, describe la doctora Kulasinghe.
“Es importante comprender por qué sucede esto en los pacientes con COVID-19″, describió.
John Fraser, investigador de la misma universidad, señala que “COVID-19 atacó el ADN del corazón, probablemente directamente y no solo como un efecto secundario de la inflamación”.
“Nuestro estudio ha destacado que los dos virus (influenza y coronavirus) parecen afectar el tejido cardíaco de manera muy diferente, lo que queremos comprender mejor en estudios de cohortes más grandes”, agregó.
Por ello “hemos demostrado categóricamente que el COVID no es ‘como la gripe’”, pues el coronavirus va más allá con los daños a largo plazo y problemas cardiovasculares.
La doctora Kulasinghe expone que en el tiempo de la investigación “no pudimos detectar partículas virales en los tejidos cardíacos de pacientes con COVID-19. Concretamente, lo que encontramos fueron cambios en los tejidos asociados con el daño y la reparación del ADN”, lo cual fomenta inestabilidad genómica y se relaciona con enfermedades crónicas tales como diabetes y cáncer.
Cabe mencionar que con la llegada de COVID-19, en 2020 se dispararon las muertes causadas por enfermedades cardíacas.
Inclusive en México en ese año las muertes por enfermedades cardíacas crecieron un 40% frente al 2019. Investigadores sugieren que es debido a que pacientes vulnerables del corazón perdieron la vida al contraer COVID-19, pues la enfermedad pandémica agravó sus condiciones o detonó algún problema cardiovascular.
Ese aumento de muertes por enfermedades cardíacas en México no fueron contabilizadas como COVID-19, únicamente como relacionadas al corazón.