La anemia y la insuficiencia cardíaca están relacionadas. Siendo la anemia una de las comorbilidades más frecuentes en los pacientes con insuficiencia cardíaca crónica, en especial la forma descompensada, es un problema de salud importante.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la anemia es una afección en la que el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina dentro de estos es menor de lo normal. La hemoglobina se encarga del transporte de oxígeno a los diferentes tejidos.
La prevalencia de la anemia en la insuficiencia cardíaca es variable y depende de diversos factores. Sin embargo, está claro que la presencia persistente del cuadro clínico aumenta los índices de mortalidad a largo plazo en los pacientes.
Definiendo la anemia
Al momento de definir la anemia, la Organización Mundial de la Salud utiliza como límites de hemoglobina los valores menores o iguales a 12 gramos por decilitro en las mujeres en edad menstrual. Y menor o igual a 13 gramos por decilitro en varones y mujeres posmenopáusicas.
Mientras que en las personas con insuficiencia renal crónica, la Fundación Nacional del Riñón define la anemia como hemoglobina menor o igual a 12 gramos por decilitros en varones y mujeres posmenopáusicas. La insuficiencia renal crónica es también una comorbilidad muy frecuente en los pacientes con insuficiencia cardíaca, debido a la disminución del flujo sanguíneo a nivel de los riñones.
Prevalencia de anemia en la insuficiencia cardíaca
La prevalencia de personas que cursan con anemia la insuficiencia cardíaca difiere entre las diferentes publicaciones. Hay un abanico que va desde el 9,9 % hasta el 50 %. Esta variabilidad depende de las diferencias entre las poblaciones estudiadas.
El mayor porcentaje de personas con ambos trastornos son ancianos y mujeres, con clase funcional III-IV (insuficiencia cardíaca avanzada), bajo tratamiento farmacológico intensivo, con mayores comorbilidades asociadas (hipertensión arterial, enfermedad renal crónica y diabetes mellitus).
Está claro que a mayor clase funcional, mayor es el porcentaje de pacientes con anemia e insuficiencia cardíaca. Y en las mujeres es casi 2 veces más frecuente que en los varones.
Causas diversas
La anemia en la insuficiencia cardíaca es multicausal. La mayor parte de las veces, su origen es desconocido. No obstante, las etiologías más importantes son las siguientes:
Déficit de hierro: puede deberse a disminución del aporte (por pérdida del apetito), malabsorción o pérdidas crónicas (como hemorragia digestiva asociada al consumo de aspirina).
Disminución de la producción de eritropoyetina: hormona esencial encargada de fomentar la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. Esto puede deberse a la presencia subyacente de enfermedad renal crónica (muy frecuente en pacientes con insuficiencia cardíaca) y al uso de fármacos de la familia de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA).
Disminución de la producción de glóbulos rojos en la médula ósea: producto de la inflamación crónica, que genera sustancias como el factor de necrosis tumoral alfa, la interleuquina 1 y la interlequina 6.
Hemodilución: en la insuficiencia cardíaca hay mayor volumen plasmático, lo que genera una dilución de los elementos formes de la sangre.
El tratamiento es individualizado
Para instaurar el tratamiento de la anemia, previamente se debe compensar la insuficiencia cardíaca. En especial si hay signos de congestión por el aumento del volumen plasmático.
Suele haber mejoría de la anemia en la insuficiencia cardíaca con la prescripción de eritropoyetina subcutánea y hierro endovenoso. Además, el incremento de los niveles de hemoglobina conlleva mejoría de los otros síntomas, con ascenso de la fracción de eyección y menor uso de diuréticos a largo plazo.
El efecto de la anemia en los síntomas de la insuficiencia cardíaca
La anemia es una causa de descompensación de la insuficiencia cardíaca, debido a que genera repercusiones en el transporte de oxígeno a los diferentes tejidos. Así se agravan los síntomas de fallo cardíaco.
Como forma de compensar el déficit de oxígeno se producen modificaciones del sistema circulatorio. El corazón trabaja con mayor fuerza y late con más frecuencia, llevando a la taquicardia y al crecimiento anormal de las paredes del miocardio.
La presencia de anemia, insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal crónica es una tríada muy frecuente. Este tipo de pacientes necesita un seguimiento especial e intensivo.