La empatía es una habilidad social muy útil para convivir con nuestro entorno. La gente empática tiene la capacidad de ponerse en la situación de la otra persona y ver las cosas desde su punto de vista. A través de esta cualidad, podemos conectar de forma profunda con quienes nos rodean.

Aunque es una habilidad única de los seres humanos, no todos la desarrollamos fácilmente. Hay quienes son muy empáticos por naturaleza, sin el mayor esfuerzo. Otros, en cambio, necesitamos trabajar más para llegar a conectar de esta forma. Aquí te contamos las principales características de la gente empática.

¿Cómo es la gente empática?

1. Están atentos a lo que les dicen los demás

La gente empática escucha cada palabra en una conversación. Sin embargo, la diferencia entre ellos y otras personas es que escuchan con atención plena.

Una persona empática no te escuchará solo para responder, sino que de verdad le interesa lo que tienes que decirle. Aunque puede parecer algo poco importante, escuchar con atención es un regalo que le haces a tu interlocutor y es una habilidad difícil de adoptar.

La mayoría de nosotros no solemos prestar verdadera atención. Lo más común es escuchar para formular una respuesta y debatir; el problema es que las conexiones que formamos con los demás no siempre son tan sólidas.

En cambio, las personas empáticas responderán a lo que les dices con todo su cuerpo. Es fácil darse cuenta de que están atentos a tus palabras por sus gestos, su energía y su postura.

2. La gente empática valora la curiosidad

Cuando somos pequeños, nos inculcan la idea de que preguntar mucho es malo, pero la realidad es muy distinta. Si bien es cierto que hay cosas que no deben ser preguntadas hasta llegar a un cierto grado de confianza, no quiere decir que nunca debas preguntar nada.

La gente empática no cree en este paradigma. Ellos se se dejan llevar por esa curiosidad que sienten por las costumbres, vivencias y cualquier conocimiento que posea la persona.

En realidad, están en lo correcto: no hay mejor manera de conectar con alguien que preguntarle cosas de su vida y mostrar interés genuino por todo lo que tenga que contar.

Por lo tanto, la próxima vez que hables con alguien, pregúntale por sus intereses, sueños y metas. Este ejercicio te ayudará a desarrollar la empatía, pues te obliga a ver la realidad desde la perspectiva de la otra persona.

3. Ponen a prueba sus juicios y opiniones

La gente empática, cuando habla con alguien que no comparte su manera de vivir, no se cierra a no escuchar ni toma por verdad absoluta su opinión. En vez de eso, escucha, pregunta y cuestiona.

Las personas empáticas entienden que no hay una sola solución para todo y que cada uno tiene sus motivos. A ellos no les interesa llevar la razón porque sí; en realidad, prefieren debatir e intercambiar opiniones.

Al final de todo este proceso, no es raro que cambien de opinión o que adapten un poco la suya. Pero no te confundas: no hacen esto para caerle bien al otro. Si acaso llegan a cambiar sus opiniones es porque de verdad lo creen.

Para ser más empático, procura hablar con personas que piensen distinto a ti en ciertos temas. Escucha sus opiniones y expón tus ideas. Lo más importante en este proceso es que no trates de convencer a nadie de que tus ideas son las correctas; solo escucha.

4. Miden su lenguaje

El lenguaje que utilizas es tan importante como el escuchar. La gente empática entiende que la palabra es un arma que puede salvar o hundir a alguien; por ello, se cuidan muchísimo de lo que dicen.

Cuando hablan, lo hacen sin juzgar, ordenar o señalar. Incluso antes de dar un consejo, preguntan si pueden darlo.

A veces, no sabemos diferenciar entre ayudar y ordenar. Por ello, cuando estés hablando con alguien que está con un estado de ánimo bajo, di frases como “No puedo imaginarme eso”, o “¿Cómo puedo ayudarte?”. Así, la persona sentirá que de verdad la entiendes y que no la estás juzgando .

5. Entienden que cada persona debe ser tratada de manera distinta

as gente empática entiende que el refrán “trata como quieres ser tratado” no es una regla, pues no a todos nos gusta ser tratados igual. Ser empático es dejar la soberbia y el orgullo a un lado y aceptar que hay más de una manera de tener la razón.

Debemos recordar que todos somos diferentes y tenemos diferentes necesidades. A veces, tachamos a alguien solo por una actitud o vivencia, sin pensar que tiene una historia que determina sus reacciones. Tal vez esa experiencia resulta insignificante para ti, pero para otro puede ser de gran peso emocional.

Esto no significa que las personas empáticas no tomen decisiones o no digan lo que desean. Todo lo contrario: explican lo que sienten o desean, pero con respeto hacia su interlocutor.

Con todas estas cualidades en mente, ¿crees que eres una persona empática? ¿Consideras que es importante para la vida de las personas desarrollar esta característica?