El primer día de escuela siempre será el más difícil. Es común ver a niños llorando por no querer salir de su casa, por no dejar a su mamá, tener miedo a un lugar desconocido, y un sin fin de factores que influyen en su incomodidad.
Después de dos años de pandemia, el primer día se vuelve más difícil ya que implica salir del lugar que por meses fue el lugar más seguro, y un nuevo salón de clases en donde con ayuda de mamá, papá, o quien estuviera al alcance, los niños continuaron su educación.
El Licenciado en Psicología Miguel Rivera, experto en la atención de niños y adolescentes, señala que la pandemia empeora las ya conocidas malas experiencias de volver a la escuela, y que la ansiedad no esta lejos de ser un factor que afecte a los alumnos.
‘QUÉ DIFÍCIL PUEDE SER PARA LOS ESTUDIANTES ENTRAR A ESTE MUNDO DIFERENTE QUE ES LA ESCUELA, HÁBITOS QUE REGRESAN COMO LEVANTARSE TEMPRANO, PONERSE UN UNIFORME, MÁS APARTE FACTORES DE HIGIENE Y SEGURIDAD COMO EL CUBREBOCAS, GEL ANTIBACTERIAL, TODO ESO DESENCADENA QUE SI LA ESCUELA YA ES DIFÍCIL, LO HACE AÚN MÁS’, MIGUEL RIVERA, PSICÓLOGO.
Aunque no se desarrolle de una manera grave, la ansiedad puede reflejarse en diversos síntomas como nervios excesivos, dificultades para respirar, mareos, pensamientos catastróficos o extremistas al temor de alejarse de casa, de perderse, enfermarse y demás.
Por otro lado y considerando que no todos los niños aprenden y reaccionan de la misma manera, algunos de ellos necesitaban salir a socializar en la escuela, para poder mejorar en actividades y cuestiones emocionales; interactuar y compartir.
‘Imagínate los niños que son hijos únicos, toda la atención era dirigida para ellos, pero ya hay niños ahora con quienes jugar, con quien puedan interactuar, obviamente las clases en línea eran difíciles porque siempre le tenemos miedo al cambio, volvemos al medio real’, señala el también experto en terapia familiar.
El primer problema: ¿qué hacer en la escuela?
Según los datos más recientes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), después de la pandemia al menos 1 de 7 niños presenta algún índice de ansiedad o depresión, cifra que anteriormente se situaba en 1 de cada 10 en México.
Aunque la salud mental ha sido tema latente durante el confinamiento por el Covid-19, la mayoría de las escuelas y dependencias en general no están preparadas para lidiar con estas situaciones en el aula, empeorando así la condición de los menores.
‘Un punto muy importante es la sensibilización que pueda tener le docente frente al grupo, le quisiéramos atribuir toda esta responsabilidad al maestro pero no es el cuidador, su trabajo es lo académico, pero hacerlos pensar que de los 30 alumnos que tienen probablemente haya niños que perdieron familiares por la pandemia, y esto incremente sus miedos’.
Rivera, menciona también que aunque para un niño es más difícil hablar sobre miedo, angustia o ansiedad, este puede presentar indicios de diferentes maneras los cuales podrían ser identificados por el docente:
Bajas calificaciones
Enojos
Gritos
Problemas de conducta
¿Qué hacer en casa?
La comunicación entre la escuela y los padres deberá ser la clave para entender las situaciones de los niños y posibles problemas, e incluso entre estas dos autoridades se podrían crear acciones para combatir el rezago social y académico.
‘Nadie más que los papás para conocer a sus hijos, pero lo conocen de las puertas para adentro, el maestro te da la realidad de cómo es el niño en la escuela, mejorar la comunicación y que el maestro esté en disposición de ayudar’, menciona.
Una manera en la que los padres podrían detectar algún problema de ansiedad, sería primero explorar y poner atención en si el menor quiere o no ir a la escuela, el miedo a socializar con otros niños, inseguridad o incluso dificultades para concretar tareas académicas.
Aunque la depresión y la ansiedad se han vuelto comunes, no significa que vayan juntas o signifiquen lo mismo.
La depresión, va más allá de sentir únicamente tristeza o soledad, y se puede generar incluso un sentimiento de impotencia por no poder desempeñarse en actividades cotidianas, por un buen aprovechamiento escolar y demás, que posteriormente desencadena señales de ansiedad.
‘Puedes sentir este estado donde te mantienes en constante alarma, con pensamientos catastróficos, inmóvil a causa de la depresión, estos síntomas que pueden limitarte en la vida diaria son señales de ansiedad, es difícil de detectarlo pero no imposible’, dijo Rivera.
En cualquier situación, la salud mental y el tratamiento de esta es de suma importancia en cualquier etapa de la vida, pero en estos tiempos, los niños son quienes más atención deberán recibir, y de detectar alguna de las señales mencionadas, es necesario no pasarlo en alto y combatir el segundo problema de las clases a distancia, la ansiedad.