A más de dos años de que inició la pandemia a causa del CODIV 19, el airear una habitación para dispersar las partículas contaminadas continúan siendo un “arma marginal contra el virus”.

Las partículas al ser respiradas o tener algún contacto con lo es a través del hablar, gritar o cantar, son más altos los riesgos de propagación del contagio.

Al estar en un área cerrada y sin ventilación, las partículas pueden permanecer en el aire por mucho tiempo, moviéndose y aumentando el riesgo de infección.

La universidad de Bristol y de la agencia británica de Seguridad Sanitaria, dieron a conocer en su última edición de British Medical Journal, que la transmisión a más de dos metros es posible en diferentes interiores.

Para mejorar la calidad de aire es recomendable tener ventilación suficiente, ya que mejoran la cognición al reducir los niveles de dióxido de carbono, y con la filtración, puede reducir el impacto del polen y las alergias.