Durante los primeros acercamientos al aprendizaje formal, es común que los niños sorteen diversos inconvenientes para asimilar conocimientos. Esto puede relacionarse con la personalidad, estimulación temprana, trastornos o limitaciones de distinta índole.

Para los padres, tutores y educadores, esta situación puede resultar en preocupaciones y una serie de gestiones para analizar el conflicto y buscar soluciones. Entre tanto, es posible acompañar a los niños mediante una serie de estrategias de apoyo.

A continuación, compartimos siete claves para ayudar a un niño con dificultades de aprendizaje.

1. Búsqueda de recursos

Siempre es útil sumar recursos de apoyo de acuerdo con las necesidades específicas del niño. Si, por ejemplo, no comprende las reglas de potenciación, podemos buscar ejemplos de potencia en internet.

También podemos buscar videos o educadores de apoyo. Si nos enfrentamos a una dificultad más compleja, es importante buscar apoyo profesional.

2. Identificación de la dificultad

Conocer en profundidad cuál es el problema del niño es clave para orientar la ayuda. Puede tener dificultades para estudiar temas de matemáticas, y debemos reforzar el pensamiento lógico, o problemas de interpretación que requieran desarrollo del lenguaje.

Si, por otra parte, el problema deviene de un problema cognitivo o discapacidad, debemos recurrir a profesionales idóneos.

3. Reconocimiento de las fortalezas

Un error común frente a los problemas de aprendizaje en un niño es focalizar las dificultades. Reconocer las fortalezas y centrarse en ellas, en cambio, es una excelente manera de alimentar la autoestima e identificar recorridos que se adapten a los procesos individuales del pequeño.

4. Ejercitación

También es fundamental, frente a las dificultades de aprendizaje, ayudar al niño a desarrollar hábitos de estudio. Para ello, podemos comenzar por buscar un espacio adecuado, establecer horarios y revisar el nivel de exigencia puesto en juego.

En este último punto, es fundamental tener en cuenta la capacidad intelectual. De ser necesario, podemos adaptar la ejercitación para que el niño cumpla los objetivos a su ritmo.

5. Trabajo conjunto

El compromiso de las personas que hacen al entorno del niño con dificultades de aprendizaje es fundamental para dar apoyo. Por eso, es importante sostener una comunicación activa entre padres o tutores, educadores formales o particulares y profesionales a cargo del caso, si los hay.

6. Desarrollo de otras aptitudes

Fomentar el desarrollo de otras aptitudes con potencial también es clave. Podemos sumar herramientas lúdicas o buscar espacios de aprendizaje informal orientado al arte, por ejemplo.

La búsqueda de actividades extracurriculares no solo se limita al fortalecimiento de otras habilidades. También es fundamental para la mejora de la socialización, que muchas veces se relaciona con las dificultades de aprendizaje.

7. Paciencia y dedicación

Por último, pero no menos importante, destacamos la importancia crucial de la paciencia y dedicación de aquellos que forman el entorno social inmediato del niño. Es importante tomarnos el trabajo de identificar las limitaciones y poner a prueba distintos recursos de apoyo.

Logrado eso, es necesario mantener la constancia. Así, es posible reconocer avances y redoblar la apuesta en materia de cumplimiento de objetivos de aprendizaje.