Las personas que han sufrido una crisis de ansiedad a menudo explican después que pensaban que estaban sufriendo un infarto e, incluso, que iban a morir. Incluso algunas veces se acercan a un servicio de Emergencia y allí es dónde, después de varios chequeos, les indican que los síntomas que han experimentado se deben a un ataque de ansiedad. ¿Y cómo es esto posible? Ambas patologías pueden compartir una serie de síntomas similares que pueden llegar a confundirse, como dolor u opresión en el pecho.
Sin embargo, las características de los síntomas en uno y otro caso varían. El doctor Gonzalo Pizarro, jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid, nos explica las claves que pueden ayudar a diferenciar un infarto de un ataque de ansiedad.
Evidentemente en ambos casos se debe consultar a un médico, que realizará las pruebas oportunas para realizar un diagnóstico.
1. Cómo es el dolor en el pecho
“Es importante resaltar que ni todos los pacientes con infarto presentan síntomas característicos, ni todos los pacientes que presentan síntomas característicos de infarto lo padecen”, aclara el cardiólogo.
Dicho esto, según cómo sea el dolor de pecho que siente la persona puede orientar al médico a la posibilidad de que se trate de un infarto o no, y en caso de que no lo sea “la ansiedad puede tener un papel causal”:
El dolor torácico por infarto suele ser diferente a cualquier otro que se haya sentido antes
Infarto: se suele caracterizar por una sensación de opresión, pesadez o malestar muy intenso. Los pacientes a menudo lo definen “Como si tuviera una losa en el pecho” o también como “Un dolor que nunca antes había tenido”.
Ataque de ansiedad: en este caso, se trata más bien de un dolor tipo pinchazo.
2. Dónde está localizado
Infarto: tiene una localización difusa por detrás del esternón, “con irradiación del dolor al hombro y brazo izquierdos, a la zona anterior del cuello o a la mandíbula”, señala el doctor Pizarro.
Ataque de ansiedad: acostumbra a localizarse en un punto concreto, “se puede señalar con un solo dedo, habitualmente a nivel inframamario”.
3. Cuánto dura el dolor
Aunque no es una ciencia exacta y puede variar en cada caso, la duración del dolor es otra característica a tener en cuenta:
Infarto: varios minutos, pudiendo ser persistente. “Se mantiene o bien aumenta la intensidad”, apunta el especialista.
El dolor por ansiedad se localiza en un punto concreto y puede durar desde segundos a días.
Ataque de ansiedad: puede ser muy prolongado o también muy corto, “desde durar días completos hasta menos de 5 segundos”.
4. cambia o no según la postura
Infarto: en este caso, ningún movimiento consigue aliviar el dolor.
Ataque de ansiedad: varía con la respiración, la deglución o los movimientos. “Y se reproduce con la palpación”.
5. qué otros síntomas hay
El dolor torácico puede ir acompañado de otros síntomas, que varían según el caso:
Infarto: sudoración intensa, náuseas, dolor en la boca del estómago, sensación de quemazón en el pecho, falta de aire o pérdida de conocimiento.
Durante un infarto puede haber sudoración intensa, náuseas o sensación de ahogo
Ataque de ansiedad: temblores y hormigueo en los dedos de las manos son algunos de los síntomas más frecuentes.
En las mujeres, el diagnóstico es más difícil
Los especialistas llevan tiempo alertando de que las mujeres pueden presentar síntomas algo diferentes a los hombres en caso de infarto, como por ejemplo:
El dolor puede irradiarse más hacia la espalda, el cuello o la mandíbula, pueden presentar molestias similares al ardor de estómago, náuseas, vómitos o tener más dificultad para respirar.
¿Quiere decir esto que en las mujeres podría ser más fácil confundir un infarto con un ataque de ansiedad (o también con problemas digestivos)?
“El síntoma que más frecuentemente acompaña al infarto en las mujeres, al igual que en los hombres, es el dolor de pecho. Sin embargo, en las mujeres aparecen con más frecuencia otros síntomas, ocasionalmente atípicos, que pueden hacer más complejo el diagnóstico”, reconoce el doctor Pizarro.
Los infartos en mujeres jóvenes han aumentado y el pronóstico es peor que en los hombres
El cardiólogo destaca que, aunque el infarto en las mujeres aparece de media entre 7 y 10 años más tarde que en los hombres, “sigue siendo una de las principales causas de muerte femenina y su incidencia en mujeres jóvenes está en aumento. El pronóstico tras el infarto en la población de mujeres jóvenes es peor que en los varones de la misma edad”.
Por eso, actualmente los esfuerzos de la cardiología se centran en mejorar su diagnóstico “con su singularidad de diferentes formas de presentación y diferentes mecanismos causales, y en la optimización de su tratamiento”.
¿Qué hacer ante un dolor en el pecho?
Pese a las diferencias entre los síntomas de un infarto y de un ataque de ansiedad, la recomendación general es que la persona que sufra un dolor en el pecho acuda a un médico para su evaluación y para excluir patologías agudas graves.
Cuando existen factores de riesgo cardiovascular hay que llamar rápido a Urgencias
“Si presenta importantes factores de riesgo cardiovascular o sus síntomas son típicos, aconsejaría una evaluación de urgencia para la realización de un electrocardiograma en el momento del dolor y actuar con la mayor rapidez en caso de sospecha de infarto”, advierte el cardiólogo.
Las pruebas para diagnosticar un infarto
El doctor Pizarro nos comenta que recientemente ha sido publicada la “Cuarta definición universal de infarto de miocardio”, un consenso firmado por las principales sociedades de cardiología.
En ella se destaca que, además de la clínica (los síntomas) y el electrocardiograma, para diagnosticar un infarto se requiere:
La elevación de marcadores de necrosis miocárdica en el análisis de sangre.
Y ocasionalmente también otras pruebas de imagen.
Por eso, “el diagnóstico de infarto agudo de miocardio es un diagnóstico definitivo que se suele hacer con el paciente ya hospitalizado”, cuenta el especialista. En cambio, el diagnóstico de dolor de pecho por ansiedad se realiza una vez han sido excluidas razonablemente otras posibilidades.
Colesterol alto, hipertensión, etc. pueden alertar de infarto aunque los síntomas sean atípicos
“Ante una persona con dolor torácico, además de los síntomas y signos que presenta, los médicos nos apoyamos en el análisis de sus características basales, que le pueden hacer más propenso a sufrir un infarto”, cuenta.
Es decir, si se trata de un paciente con importantes factores de riesgo cardiovascular, como:
Edad avanzada
Colesterol alto
Diabetes
Tabaquismo
Tensión alta
Dieta inadecuada
Sedentarismo
Obesidad
Ante estos factores, “la probabilidad de que incluso síntomas atípicos se deban a un infarto puede ser muy alta”, advierte el doctor Pizarro.