El líder de los senadores de Morena, Adán Augusto López, evitó asistir al Senado en plena polémica por su exjefe de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, acusado de nexos con el narco y prófugo con ficha roja de Interpol. Tras varios días de silencio, reapareció en redes y aseguró estar “a la orden de cualquier autoridad”.

“Es público que se iniciaron investigaciones contra integrantes de aquel gobierno, y considero fundamental que deben presentarse ante las autoridades”, afirmó, deslindándose de las acciones de su excolaborador.

Durante varios días, su paradero fue incierto y generó cuestionamientos de legisladores de la oposición, que exigieron explicaciones sobre su relación con Bermúdez, prófugo desde febrero y con ficha roja de Interpol. Incluso integrantes de Morena admitieron desconocer su ubicación, mientras su oficina apenas respondió que “por ahí anda”.

Morena cerró filas con el exsecretario de Gobernación y descartó que exista alguna investigación formal en su contra. La presidenta Claudia Sheinbaum también le expresó respaldo, aunque consideró “pertinente que diera su versión sobre el caso”.

Mientras tanto, la dirigencia de Morena prepara la expulsión del partido de Bermúdez Requena, a quien la Fiscalía General de la República señala como operador de una red criminal ligada a grupos del narcotráfico.

La oposición ha comparado este escándalo con el de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón, hoy preso en Estados Unidos por narcotráfico. En respuesta, senadores morenistas defendieron a López Hernández y lo calificaron como “hombre íntegro”.

Por ahora, Adán Augusto continúa en funciones como líder de la bancada oficialista en el Senado, pero enfrenta crecientes presiones para explicar más a fondo su relación con Bermúdez y su papel en los nombramientos de su administración estatal.