Con la llegada de octubre, los campos y viveros de San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco, comienzan a teñirse de un vibrante tono naranja. Es el cempasúchil, flor emblemática del Día de Muertos, cuya venta ya se encuentra en pleno auge.

En los viveros del pueblo se ha intensificado la actividad comercial. Productores locales aseguran que la demanda comenzó a incrementarse desde la primera semana del mes, lo que anticipa una temporada positiva para los floricultores de la región.

El cempasúchil, además de su carga simbólica, representa un importante ingreso para muchas familias de San Gregorio. La flor, cultivada con esmero durante meses, es vendida tanto a particulares como a comerciantes que la revenden en mercados de la ciudad.

De acuerdo con los productores, este año se espera una cosecha de buena calidad, gracias a las condiciones climáticas favorables. Aunque aún no se define el precio por maceta o por manojo, los viveristas confían en que se mantendrá competitivo.

Las calles del pueblo también comienzan a prepararse para las festividades. Entre adornos, altares en construcción y talleres para elaborar calaveras, el ambiente ya huele a copal y pan de muerto.

En Xochimilco, esta temporada es más que una tradición; es un motor económico y cultural que une a generaciones en la preparación del camino para recibir a los difuntos, como dicta la costumbre ancestral.