El informe oficial sobre la contaminación causada por restos de un cohete de SpaceX en aguas del Golfo de México se ha retrasado, pese a que el Gobierno Federal había prometido su publicación la semana pasada.

Desde el 21 de julio, un buque de la Secretaría de Marina patrulla de forma permanente Playa Bagdad y zonas aledañas, con el objetivo de evitar incursiones ilegales. Las autoridades buscan impedir que embarcaciones camaroneras extranjeras o barcos estadounidenses intenten recuperar fragmentos del cohete sin autorización.

De acuerdo con la organización ambientalista Conibio Global A.C., solo se ha recuperado el 10% de los restos. El resto permanece a 15 metros de profundidad, lo que representa un riesgo considerable para el ecosistema marino de la región.

La zona afectada pertenece a la Laguna Madre, considerada sitio Ramsar por su alto valor ecológico. Expertos han señalado que cualquier actividad en esta franja fronteriza requiere cooperación entre instancias nacionales e internacionales.

Mientras tanto, el Gobierno de Tamaulipas acompaña las labores de inspección que realizan autoridades federales para determinar el grado de afectación ambiental y definir posibles sanciones legales o restricciones.

Aunque el daño aún no se ha cuantificado oficialmente, la vigilancia continúa. La federación será la encargada de fijar el rumbo legal y ambiental de este caso, que podría tener implicaciones internacionales.

El retraso en el informe mantiene la incertidumbre entre ambientalistas y pescadores locales, quienes demandan claridad sobre el futuro de la zona.