En vísperas del Día de la Madre, una realidad silenciosa ensombrece la celebración en Tamaulipas: la maternidad precoz sigue cobrando factura entre niñas y adolescentes.
Durante 2024, 61 menores de 14 años iniciaron la vida maternal en el estado, según cifras de la Secretaría de Salud. Aunque los embarazos en adolescentes han disminuido en los últimos años, el fenómeno persiste, especialmente entre niñas en situación vulnerable.
De acuerdo con el INEGI, tan solo en 2022, el 1% de las mujeres de entre 10 y 17 años en Tamaulipas ya eran madres. En cifras concretas: 2,482 niñas y adolescentes. A nivel nacional, esto colocó al estado en la posición 25 con mayor prevalencia en este rango de edad.
Entre 2015 y 2020 se registró un descenso del 31.9% en la tasa de maternidad adolescente —pasando del 3.2% al 2.2%—, lo que representa un avance, aunque insuficiente para revertir el problema de fondo.
Especialistas y autoridades coinciden en que el embarazo adolescente está estrechamente ligado a contextos de pobreza, desinformación sexual y acceso restringido a servicios médicos. Por ello, la Secretaría de Salud ha implementado estrategias para brindar atención integral a menores embarazadas, sobre todo a aquellas que aún no cumplen los 15 años.
Los riesgos son múltiples: desde partos prematuros hasta complicaciones médicas graves. Aunque Tamaulipas reporta menos casos que entidades como Chiapas o Guerrero, la presencia sostenida de embarazos en niñas tan jóvenes obliga a redoblar esfuerzos en materia de prevención.
Para 2025 aún no se conocen cifras oficiales, pero el gobierno ha incrementado apoyos económicos como el Programa de Apoyo para el Bienestar, que ahora otorga 1,650 pesos bimestrales, buscando amortiguar el impacto social y económico de la maternidad temprana.
La maternidad adolescente en Tamaulipas no solo es una estadística: es un llamado urgente a fortalecer la educación sexual, garantizar el acceso a anticonceptivos y construir un entorno donde la infancia no termine con una prueba de embarazo positiva.