El campo tamaulipeco recibió un alivio temporal con las recientes lluvias, pero la sombra de la sequía aún mantiene en vilo al sector ganadero. Así lo advirtió José Guerrero Gamboa, presidente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas, quien dejó claro que las precipitaciones representan solo un respiro momentáneo, más no la solución definitiva.
“Las lluvias ayudan, mejoran los agostaderos y recuperan los pastizales para el ganado, pero no resuelven la crisis”, lanzó Guerrero Gamboa al advertir que la situación del hato ganadero sigue siendo crítica.
El dirigente recalcó que lo que realmente se necesita es agua en presas, ríos y mantos freáticos, pues de lo contrario el futuro de la ganadería estatal seguirá pendiendo de un hilo.
El problema de fondo persiste: Las lluvias alivian de manera temporal la falta de alimento. Los pastizales comienzan a recuperarse, pero no hay reservas suficientes. Sin acumulación de agua, el ganado volverá a enfrentar la escasez en cuestión de semanas.
Guerrero Gamboa advirtió que la sequía es cada vez más recurrente y devastadora, por lo que llamó a las autoridades a redoblar esfuerzos con apoyos directos, infraestructura hídrica y estrategias de largo plazo que protejan a miles de familias que dependen del campo.
“Necesitamos acciones contundentes, no parches temporales”, sentenció.